
Cuando oyes hablar de «trocanteritis» por primera vez, es posible que te suene a algo raro o lejano. Pero si estás aquí, es porque tú o alguien cercano ha experimentado ese dolor molesto en la cadera que no te deja caminar con normalidad. Esta condición afecta tanto a deportistas profesionales como a personas que simplemente llevan una vida activa.
Ahora bien, la recuperación de esta lesión no se limita a tomarse un par de analgésicos y esperar en el sofá (¡ojalá fuese tan fácil!). Aquí entra en juego el readaptador deportivo, un profesional especializado que te ayudará a volver a tus actividades cotidianas o deportivas sin riesgos. Hoy te explicaré, todo lo que necesitas saber sobre la importancia del readaptador deportivo para la recuperación de la trocanteritis.
Agarra tu móvil o tu mouse cómodamente y acompáñame en este recorrido. Entenderemos la lesión, sus causas y cómo un tratamiento adecuado (físico y emocional) puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida o una recaída.
¿Qué es la trocanteritis y por qué es tan molesta?
La trocanteritis, también conocida como bursitis trocantérea, es una inflamación que afecta la bursa del trocánter mayor, un pequeño «cojín» que protege los tendones de la cadera.
En términos más simples, imagínate que tu cadera tiene una almohadilla para evitar que el roce entre músculos y hueso cause fricción. Cuando esta se inflama, cada paso, cada movimiento se convierte en una hincada de dolor.
Entre sus síntomas más comunes, se encuentra el dolor localizado en el lateral de la cadera, que empeora al caminar, subir escaleras o incluso al acostarte de lado. Para algunos pacientes, esta lesión puede evolucionar hacia una trocanteritis bilateral, es decir, en ambas caderas, complicando aún más el día a día.
Por lo general, las causas más comunes son sobrecargas físicas, movimientos repetitivos o desequilibrios musculares, pero (y aquí viene lo interesante) existen causas emocionales de la trocanteritis que no debemos pasar por alto.
El estrés, tensión crónica, la trizteza y ansiedad pueden provocar una contracción continua de los músculos, agravando la lesión o impidiendo su curación. Por eso, la recuperación debe ser tanto física como emocional.
El papel del readaptador deportivo: mucho más que ejercicios
Aquí entra la estrella del proceso de recuperación: el readaptador deportivo. No, no es solo alguien que te pone a hacer sentadillas. Es un profesional especializado en diseñar programas de recuperación personalizados, adaptados a la gravedad de la lesión, tu condición física actual y tus objetivos.
La importancia del readaptador deportivo para la recuperación de la trocanteritis radica en su enfoque integral. Antes de nada, realiza una evaluación minuciosa para determinar qué causó la lesión. ¿Fue un mal gesto deportivo? ¿Un desequilibrio muscular? ¿O tal vez hay factores emocionales implicados? (Sí, volvemos a hablar del estrés. Más adelante te lo explico).
A partir de esa evaluación, el especialista en readaptación diseña una estrategia basada en:
- Ejercicios funcionales y específicos: fortalecer glúteos, abdomen y musculatura del core para aliviar la tensión en la cadera.
- Reeducación de movimientos: volver a caminar, correr o subir escaleras de forma correcta y natural.
- Tratamiento para trocanteritis con técnicas avanzadas: estiramientos, terapia manual y ejercicios de bajo impacto como el pilates o la hidroterapia.
Su objetivo no es solo que desaparezca el dolor. ¡No! Es asegurarse de que recuperes tu funcionalidad al 100% y evitar futuras recaídas.
Causas emocionales de la trocanteritis: no solo el cuerpo sufre
Ahora déjame contarte algo que muchos pasan por alto: el estrés y las emociones negativas no son solo «cosas de la mente«. Cuando estamos tristes, ansiosos o tensos, nuestro cuerpo lo refleja. Los músculos se tensan, la postura cambia y (sin darnos cuenta) nos predisponemos a sufrir lesiones como la trocanteritis.
Por eso, en la recuperación de lesiones deportivas, el readaptador deportivo debe prestar atención también a tu bienestar emocional. Incorporar técnicas como la respiración consciente, ejercicios de relajación o simplemente aprender a gestionar el estrés puede acelerar tu progreso.
La trocanteritis no se soluciona solo con fuerza física; necesitas equilibrio mental y emocional.
El camino hacia la recuperación: paso a paso con un profesional

Hablemos ahora del tratamiento para trocanteritis de forma concreta. Una recuperación exitosa pasa por varias fases, y el readaptador deportivo es quien guía el proceso:
- Fase inicial: control del dolor y la inflamación mediante reposo activo, terapia manual y ejercicios suaves de movilidad. Aquí es donde se empieza a trabajar el equilibrio entre descanso y movimiento.
- Fase intermedia: fortalecimiento muscular con ejercicios funcionales. No se trata de entrenar como un maratonista, sino de recuperar fuerza en los músculos clave: glúteos, abdominales y lumbares.
- Reeducación funcional: este paso es fundamental. Un buen readaptador deportivo te enseña a caminar, correr y moverte correctamente para evitar sobrecargas. Piensa en esto como «reaprender» a usar tu cuerpo de forma eficiente.
- Prevención de recaídas: el proceso no termina cuando el dolor desaparece. Un buen especialista te dará pautas de ejercicios y hábitos saludables para evitar que la trocanteritis vuelva a aparecer.
Es evidente que la importancia del readaptador deportivo para la recuperación de la trocanteritis no puede subestimarse. Este profesional trabajará contigo para que puedas recuperar tu vida normal sin temor a recaídas.
Recuerda, la trocanteritis no es solo una cuestión física; factores emocionales como el estrés pueden agravarla. Por eso, un tratamiento completo debe abordar cuerpo y mente. Así que si estás enfrentando esta lesión, mi consejo es claro: busca un especialista en readaptación.
No dejes que nada te frene. Con paciencia, esfuerzo y la guía adecuada, volverás a moverte como siempre. Aquí tienes más consejos para recuperarte de una lesión. ¡Ánimo, que lo más difícil es empezar!




























