Síndrome del Impostor

Síndrome del impostor
Síndrome del impostor

El síndrome del impostor esta definido como el malestar emocional vinculado al sentimiento de no merecer el lugar que se ocupa a nivel profesional, académico, o social. El síndrome del impostor no es un trastorno con entidad clínica; es decir, no sale explicado en ningún manual de diagnóstico médico. Sin embargo, tras este término se congregan un conjunto de síntomas que consiguen causar un significativo malestar emocional.

Un impostor es aquella persona que aparenta ser alguien que no es para lograr un propósito. Por otra parte, las personas con síndrome del impostor piensan que no merecen el éxito que han obtenido y se sienten una estafa.

Si en algún momento has tenido que mostrarte por primera vez como una persona competente frente a un grupo de personas de alto rango, es posible que hayas sentido temor al juicio que esas personas podían emitir sobre ti.

Esta situación es muy normal, pues claramente nos importa la opinión que generamos en los demás cuando se trata de exponer nuestra experiencia. Lo anormal es tener el sentimiento de que se es una estafa y que esa emoción permanezca en el tiempo. Y así como es irregular, también es muy frecuente.

Lo curioso es que está demostrado que el síndrome del impostor perturba con más frecuencia a personas con mayor potencial
Lo curioso es que está demostrado que el síndrome del impostor perturba con más frecuencia a personas con mayor potencial

El síndrome del impostor afecta generalmente a las personas con potencial

Numerosos emprendedores principiantes poseen una gran reticencia a vender, ya que no se sienten lo sobradamente expertos. Se comparan constantemente con personas que llevan mucho más tiempo y experiencia que ellas; no se sienten auténticos para ayudar a otros. Y mucho menos para cobrar por ello.

En casos muy excesivos, ciertas personas tienen ese sentimiento de carencia a pesar de haberse especializado y disfrutar de una significativa experiencia. Por mucho que se hayan esforzado sienten que jamás es suficiente.

Lo curioso es que está demostrado que el síndrome del impostor perturba con más frecuencia a personas con mayor potencial.

Es importante señalar que no se trata de un simple caso de inseguridad. Es algo mucho más complicado y va asociado a un sentimiento constante de inmerecimiento de los éxitos; lo que impide que personas muy competentes logren avanzar. Muchos piensan que si fueran más inteligentes tendrían que esforzarse menos en su trabajo. Que les resultaría más fácil y otros tienen miedo inclusive de escoger un puesto mejor por creer que no están a la altura.

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