La infancia cuando no existe la actividad física representa un problema de salud pública. Según reportes científicos, es una de las causas principales de enfermedades no transmisibles.
Esto resulta preocupante puesto que el sedentarismo puede ocasionar problemas a largo plazo. A pesar de los innumerables estudios relacionados al sedentarismo, no hay uno que haya analizado la asociación longitudinal entre la actividad física y la memoria de trabajo en dos períodos de la edad infantil.
Infancia y los efectos futuros del sedentarismo
Recientemente se publicó en The Journal of Pediatrics un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Este estudio destaca que la falta de ejercicios físicos en edades entre 4 a 6 años influyen en el desarrollo cognitivo de los niños en el futuro. En este sentido, el estudio agrega que estos efectos son más evidentes cuando alcanzan la adolescencia.
El trabajo investigativo, realizó los ajustes estadísticos necesarios. En tal sentido, la investigación consistió en relacionar los hábitos de vida saludable y la memoria de trabajo. La investigación arrojó como resultado los niveles más bajos de actividad física en los niños fuera de las actividades escolares, a los 4 años de edad. De hecho, la actividad fue de unos 0.95% de memoria de trabajo cuando los niños llegaban a los 7 años. Pero aumentaba hasta en un 5% en el caso de los niños de 6 años cuyo comportamiento sedentario llegaban a la adolescencia.
Por tales resultados, los momentos más importantes para el desarrollo cognitivo resulta en la edad de preescolar y primaria.
En estas edades es cuando el niño tiene menor rendimiento en la memoria de trabajo. Por esta razón, la importancia de incentivar hábitos saludables y la disminución del sedentarismo desde las etapas tempranas de la niñez.
¿A todas estas, qué es la memoria de trabajo?
Según el concepto creado por Alan Baddeley dice que la memoria de trabajo es:
“La memoria temporal que el ser humano emplea para determinadas tareas.”
Esta habilidad cognitiva está asociada a la función ejecutiva del cerebro. Dicha función, demuestra la capacidad activa y dinámica de la memoria. Ella es capaz no sólo de almacenar información, sino de procesarla y transformarla.