Kisspeptina, los datos curiosos sobre la hormona afrodisíaca

La kisspeptina es una hormona poderosa. Así lo demuestra el estudio más reciente del Imperial College, en Londres. Lo primero que se debe saber sobre ella es que forma parte de un conjunto de péptidos neuroactivos, que se liberan de neuronas ubicadas en el hipotálamo. Aunque, también en la placenta.

Sobre ella hay algunos datos curiosos que vale la pena destacar. Quizá, el hecho de que sea una hormona afrodisíaca la hace más interesante. Lo que hace es potenciar el deseo sexual incluso cuando no hay ningún estímulo, como los besos, las caricias o los juegos sexuales.

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Los científicos del Imperial College demostraron que esto es posible al estudiar a 30 personas en reposo. Hallaron actividad de esta hormona cuando el cerebro estaba en reposo. Los resultados del estudio fueron publicados por la revista Journal of Clinical Investigation Insight.

La kisspeptina y el estado de ánimo

Los investigadores demostraron que la kisspeptina cambia la actividad en las redes cerebrales. Por ello es que una persona puede experimentar un inmenso deseo sexual incluso en cualquier momento. Incluso, las fases del deseo sexual pueden ser mayor.

La Universidad Nacional de México (Unam) ha tipificado estas fases en cinco: fase de deseo, de excitación, de meseta, de orgasmo y de resolución. Cada unas de ellas pueden ser más intensas gracias a la acción de esta hormona.

Pero, lo cierto es que también es la responsable del estado de ánimo. La investigación apunta que podría ser clave a la hora de tratar algunos trastornos mentales como la depresión. La depresión es una enfermedad mental que puede causar pérdida de interés en las actividades cotidianas. En su forma crónica, incluye atentados contra la vida.

Los científicos están convencidos que podría funcionar, perfectamente, en el tratamiento de este tipo de trastornos. Lo que podría hacer esta hormona es mejorar el estado anímico porque se comprobó que actúa en todas las redes cerebrales.

Otra manera de actuar

Existen otros estudios que vinculan a la kisspeptina con otros estados anímicos en la persona. Se cree que está vinculada con el amor y el romanticismo, con esa sensación de felicidad que proporciona saber que se ama y se es correspondido.

Aunque no está demostrado aún, expertos consideran que el manejo de las emociones están estrechamente vinculadas a ella. La hormona se descubrió en 1996, en el departamento de Patología Experimental del Instituto de Investigación del Cáncer de la escuela de medicina de la Universidad Nacional de Pensilvania, en Estados Unidos.

Los receptores de la hormona están repartidos por todo el cuerpo, de allí que se le considere la responsable de muchas emociones. Está codificada con el gen Kiss1, encargado de la supresión de la metástasis del cáncer.