La obesidad y sus causas, este es un padecimiento que tiene estrecha relación con conflictos emocionales. De manera figurada, las personas que tienden a engordar, realmente lo hacen con la finalidad de protegerse de los demás, de alguna situación o quizá de un trauma establecido en su cabeza.
Es importante entender que la obesidad no se almacena en la masa ósea, ni muscular, ni amplía ningún órgano, ni se colma ninguna cavidad con aires malos. Lo que se almacena bajo la piel es grasa (denominada energía inmóvil) que no se va a utilizar y se detiene el líquido (emociones tóxicas), que el organismo no logra alejar.
Las obedientes células del cuerpo de la persona obesa cumplen la orden de almacenar grasa, y como sea, no van a soltarla, no van a quemarla. La grasa, se considera un factor del cuerpo, obediente. El inconsciente las instala estratégicamente con diferentes propósitos.
Ejemplos de la obesidad y sus causas emocionales
En el abdomen: para protegerse de ser adulto. Tomamos esa impresión de bebé barrigón. Así como también, para fingir un embarazo. El árbol genealógico te admite como madre, pero no como mujer.
En las caderas y muslos: para esconder la capacidad creativa y la libertad de expresión artística. El árbol estableció a otra persona este espacio, o existe una tabú total al proceso sexual.
En todo el cuerpo: como secuela de un abuso sexual. Consigue incitar que relacionemos la hermosura con el ataque. Asociación “si soy hermosa soy blanco de ataques sexuales”. Por consiguiente, engordo y de esa manera ninguno me mirará, ni me querrá sexualmente. Es una manera de protegerte y estar a salvo.
Desde otra perspectiva, la obesidad y la delgadez, las rengas, entre otras, se usan para entrar en el árbol familiar. Cuando no existe bastante espacio en familias con numerosos hijos, cuando es un nacimiento no esperado, es probable que el cerebro más remoto halle tácticas de supervivencia que manifiestan estos esquemas.
También existen personas que instauran su prioridad en el ahorro, en no derrochar ni un céntimo. Son las personas que no varían, sólo almacenan. La obesidad podría ser un síntoma de esa práctica, del recelo a que le falte.
Atrás de la obesidad igualmente puede existir una madre soberbia, posesiva, que actuaba con una vigilancia estricta sobre su comida, sus pensamientos, sus emociones y su creatividad. Así pues, la obesidad simboliza una oposición inconsciente al poderío materna que nos atropelló.
De este modo, la ciencia moderna nos señala que de manera inconsciente influimos en nuestro bienestar. Nuestro cerebro almacena cada información con mucho recelo y actúa en función a nuestros pensamientos.
(También te puede interesar: ¿Por qué se produce el sobrepeso y la obesidad?)