Desde que nacemos estamos consumiendo leche. La leche que nos ofrece la madre desde el momento que llegamos al mundo nos previene de un sin fin enfermedades. Pero con el pasar de los años las cosas cambian.
Los estudios han demostrado que los organismos también evolucionan; en este mundo ahora se han visto con mayor ahínco los niños que nacen siendo intolerantes a la lactosa o alérgicos a la proteína de la vaca; lo que implica que deben tener un cuidado mayor.
Hoy en día los adultos también presentan inconvenientes cuando van a consumir la leche; ya sea entera, semidescremada, descremada o deslactosada. Pues cada una tiene unas característica implícitas que aportan diferentes nutrientes al cuerpo.
Leche ideal
Antes de decirte cuál sería tu mejor opción debes chequear cuál es cuál.
- Entera: Tiene todos los nutrientes. Está en su estado casi natural. Sin más ni menos.
- Semidescremada: Es recomendada para quienes mantienen un estilo de vida saludable y un peso equilibrado; solo tienen la mitad de las grasas totales de la leche entera, lo que implica solo un 1.3% o 1.5%
- Descremada o light: Es la que solo posee un 0.3% de grasas. Ideal para quienes quieren bajar de peso; tampoco contienen la cantidad de proteínas necesarias.
- Deslactosada: Es recomendada y tomada por las personas que son intolerantes a la lactosa.
Recientemente un estudio indicó que la leche entera hace ganar peso a los adultos; no obstante existen adultos que no toleran la light.
Para los adolescente y los niños resulta muy beneficiosa la leche entera.
No obstante no deja de recomendarse que cada quien ingiera la que su cuerpo pueda tolerar. Existen pacientes especiales que no deben consumir grasas, entonces interviene la semidescremada o descremada.
Por otra parte lo que no se debe hacer es eliminarla de la dieta diaria; tiene un alto potencial nutritivo para el organismo.
