Los 5 mitos más comunes relacionados al aceite de CBD

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Con el paso del tiempo, es cada vez más común toparse con productos cuyo componente principal activo es el cannabidiol (CBD). Y como sucede con todo elemento, sustancia o ingrediente que adquiere popularidad destacable dentro de la sociedad, no faltan a su alrededor toda serie de teorías que acrediten, desacrediten o incluso exageren sus propiedades para hacerlo más llamativo al ojo humano e incrementar su valor. En el caso del aceite de CBD se habla desde su legalidad hasta las ventajas y desventajas de su consumo, lo que por supuesto causa cierta suspicacia en algunos sectores de la población mundial. En este sentido, en este artículo intentaremos aclararte que tanta mentira (o verdad) hay detrás de los mitos más populares relacionados al aceite de CBD.

Como hemos comentado en otras oportunidades, el CBD es uno de lo más de 80 componentes químicos (cannabinoides) presentes en la planta de la marihuana y sus beneficios medicinales son objeto constante de estudio a nivel mundial. El aceite de cbd por su parte, es un producto terapéutico alternativo que se ha vuelto muy popular en los últimos al que se le atribuyen algunas propiedades terapéuticas.

Si bien es cierto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce los efectos positivos de esta planta del cannabis para el tratamiento de distintas patologías, no hay que confundir esto, con los productos de bajas concentraciones de cannabidiol; el consumo del cannabis con fines medicinales debe ser siempre bajo estricta recomendación y supervisión médica.

5 mitos frecuentes sobre el aceite de CBD

mitos sobre el aceite de CBD
Uno de los mitos más comunes sobre el aceite CBD es creer que se extrae directamente de la marihuana

1  – Se extrae de la marihuana

Aunque no es necesariamente un mito, en este caso carece medianamente de realidad. El CBD es un acrónimo de cannabidiol y éste al igual que en el cannabis, se encuentra presente en la fibra de cáñamo (variante de la planta cannabis) en incluso en las semillas de hemp. Lo cierto es que, la gran mayoría de aceites de CBD que se comercializan en la Unión Europea en la actualidad provienen del cáñamo ¿La razón? contiene menos del 0,3% de concentración de tetrahidrocannabinol (THC) responsable directo del efecto “colocado” relacionado al consumo de esta planta.

2 – Causa efectos psicotrópicos

Quizá uno de los mitos más comunes sobre el aceite de CBD. Lo primero que hay que sabes es que, entendemos por efectos psicotrópicos los cambios temporales de conducta, comportamiento o percepción de la realidad. El CBD es considerado un componente no psicoactivo, lo que quiere decir que por sí solo no es capaz de producir ninguno de estos efectos; a diferencia de otros cannabinoides como el ya mencionado THC u otro menos conocido como el cannabinol (CBN).

Aun así, algunos estudios sobre el aceite de CBD sugieren efectos ansiolíticos y confirman su capacidad de activar hormonas neurotransmisores como la serotonina o el cortisol, ambas relacionadas directamente con las emociones, el estrés y el estado de ánimo. en este sentido, lo correcto sería decir, que el aceite de CBD sí tiene un impacto en la mente y el organismo sólo que éste no es nocivo o intoxicante.

3 – Su consumo es ilegal

Nuevamente nos encontramos ante una confusión entre la situación legal del porte o comercialización del cannabis en algunos países y el consumo de derivados del CBD. Tanto en España como en una gran cantidad de países a nivel mundial, es totalmente legal comprar, consumir y comercializar el aceite de CBD como producto terapéutico. Sus cualidades reguladoras de procesos hormonales así como sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias lo han convertido en el cannabinoide número uno en cuanto a aplicaciones medicinales; apto incluso para atletas y deportistas, por lo que no nos extrañemos de que haya gran demanda de CBD en Tokio 2021.

4 – El CBD puede crear adicción

Para que nuestro organismo cree un efecto adictivo a alguna sustancia, se requiere de grandes y continuas cantidades que incrementen la liberación de dopamina y causen una interacción o alteración “agradable” de la actividad cerebral, el THC por ejemplo. El THC y el CBD aunque provengan de la misma planta, tienen efectos muy diferentes en el organismo, se podría decir que el CBD actúa de antagonista y su consumo excesivo más que una adicción podría generar efectos adversos como vómitos o diarrea.

5 – El aceite de CBD y el COVID-19

Desde su caótica llegada en diciembre del 2019, al coronavirus se le han relacionados infinidades de curas o tratamiento naturales, entre ellas; la capacidad del CBD de reforzar el sistema inmune y prevenir el contagio del COVID-19. Esto sin duda, causa un poco de alarma dentro de la comunidad médica, por lo fácil que puede ser absorbida esta información dentro de las poblaciones más vulnerables.

Si bien es cierto, algunos productos con altas concentraciones de CBD son recomendadas por especialistas sanitarios para aligerar los síntomas de algunas enfermedades crónicas; no existe evidencia científica suficiente para afirmar que éste actúe como tratamiento ante el coronavirus ni mucho menos cree inmunidad. Crear expectativas alrededor de este producto sin considerar el impacto que esto pueda considerar, no sólo es uno de los más irresponsables mitos sobre el CBD sino uno de los más peligrosos.

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