El tejido de la médula ósea marcha como una caminadora para nuestro corriente sanguíneo. Enviando miles de millones de células sanguíneas diariamente para conservar nuestro cuerpo en excelente estado funcional.
Un grupo de especialistas ha realizado un gran progreso en su esfuerzo por recrear el trabajo de la médula ósea con una versión artificial de esta. Gracias a un instrumento que podría ser utilizado como armadura en la lucha contra la leucemia y otras enfermedades de la sangre.
Conseguir instaurar una versión reformada del tejido de la médula ósea ha sido la estimulación de científicos mundialmente por años. Obtener eso admitiría que los especialistas efectivamente se concentren en la mecánica que existe detrás de cómo se forma la sangre. Y, al mismo tiempo, abriría nuevos caminos en lo que concierne al adelanto de terapias para las enfermedades de la sangre.
Creación de la Médula ósea artificial no ha sido tan sencillo
Sin embargo, esta ha sido una meta bastante complicada. En la médula ósea viva, las células madre sanguíneas existen en pequeños hoyos antes de multiplicarse y desplegarse en los glóbulos rojos y blancos que se almacenan en el corriente sanguíneo. Intentar recrear este proceso en el laboratorio ha resultado confuso; debido a que las células madre sanguíneas no logran multiplicarse y desarrollarse en modelos típicos in vitro.
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Científicos de la Universidad de Basilea, el Hospital Universitario de Basilea y ETH Zurich, en Suiza, han conseguido progresos promisorios. Han bosquejado un hoyo de médula ósea artificial que destaca ante las restricciones hasta ahora presente, por un breve tiempo.
Su orientación inicia con un andamio 3D de cerámica hecho para simular a un hueso humano. Este andamio se mezcla con células estromales mesenquimales del cuerpo humano; dentro de un biorreactor de perfusión, un dispositivo empleado en laboratorio para combinar materiales biológicos y sintéticos.
Esta exploración llego a la conclusión de que se puede obtener una estructura similar a la estructura molecular de los hoyos de médula ósea real. Los especialistas se percataron de que; con este procedimiento, las células progenitoras persistían funcionales y seguían efectuando su trabajo durante unos cuantos días.
