¿Cuándo debemos preocuparnos?
El sexting adolescente es un término que cada vez escuchamos más en nuestra sociedad. Es una práctica de riesgo, en especial cuando implica menores de edad. Pero ¿en qué consiste? Veamos.
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El sexting consiste en el envió de contenidos de tipo sexual (concretamente videos o fotografías) producido por lo general por el propio remitente, a otras personas a través del teléfono móvil. El riesgo está en que una vez enviado, estos contenidos pueden ser utilizados en perjuicio de los demás.
Sexting ¿Cómo y por qué se origina?
El uso de los Smartphone entre los adolescentes es una realidad en nuestra sociedad. Algunos estudios señalan que los adolescentes utilizan sus móviles una media de cinco horas diarias. Es esta realidad lo que representa una evidencia preocupante.
Por lo menos uno de cada tres niños o niñas de entre 12 y 14 años reconocen practicar el sexting. Según Luis Bononato, presidente de la asociación de Proyecto Hombre, es precisamente el que los menores tengan dispositivos con acceso a internet supone un riesgo que favorece situaciones como el sexting.
Otro dato importante es que según un estudio los adolescentes que sextean tienen 2,16 de posibilidades más que el resto de no usar ningún método anticonceptivos y un 1,79 de sufrir de depresión y ansiedad. El estudio también plantea que existe una correlación con el comportamiento delincuente, con 2,5 de posibilidades.
Sexting adolescente ¿Qué riesgos implica?
Los riesgos de esta práctica comienzan cuando se divulga imágenes o videos entre personas que no eran sus destinatarios. Como se trata de un contenido intimo, su difusión implicaría una pérdida de privacidad. Esto produciría un agravio en la reputación de la victima que deterioraría su imagen pública.
El sentimiento de humillación y traición puede provocar falta de confianza en futuras relaciones. Asimismo problemas psicológicos como ansiedad, depresión, etc. Según Sheri Madigan, “el sexting se está convirtiendo en un componente normativo del comportamiento y desarrollo sexual de los adolescentes”.
Madigan, autora de un estudio sobre sexting, señala algunos datos importantes: 1 de cada 7 menores de 18 años han enviado mensajes de ese tipo, y uno de cada 4 lo han recibido.
El sexting pude suponer consecuencias más complejas como: el ciberbullying, la extorsión o chantaje, el Groming y acoso sexual y riesgos físicos. También puede traer consecuencias legales por parte de quien lo practica. Pueden ser acusados de:
- Exhibicionismo y provocación sexual a menores.
- Generación, producción, difusión o tenencia de pornografía infantil.
- Revelaciones de secretos y delitos contra la intimidad y el honor.
- Delito contra la libertad sexual.
Sexting adolescente ¿Qué empuja a los jóvenes a practicarlo?
Aun no existe estudios concluyentes sobre esta práctica influyen varios factores:
- Los adolescentes creen que una imagen guardada en su móvil está segura. No se imaginan la cantidad de formas en que esta imagen puede salir del dispositivo.
- Tener confianza en la discreción del destinatario. Los jóvenes no poseen la experiencia vital para imaginar que las cosas puede cambiar.
- Querer ganar notoriedad y aceptación en el contexto digital muy importante para ellos. Este factor junto con la plenitud hormonal puede llegar a ser una combinación poco recomendable.
- Las influencias y los modelos sociales que promueven el exhibicionismo en las redes sociales.
- El desconocimiento de las consecuencias futuras que puede llevar el hecho de que esta imagen comprometida sea de dominio público. Ignoran que esta imagen puede volver a encontrársela cuando conozcan nuevas personas o vayan a buscar trabajo.
Otro estudio señaló que uno de los motivos más comunes para practicar el sexting entre adolescentes es una relación sentimental. También incluye las bromas y la voluntad de seducir.
¿Cómo podemos educar a nuestros jóvenes sobre el sexting?
Lo más importante es que los padres o educadores hablen con los menores y los orienten para que puedan convivir con la realidad que los rodea. Conozcamos algunas reflexiones para compartir con ellos, de manera que tomen consciencia de la situación.
- Piensa antes de enviar. Lo que publicas en tu móvil no se vuelve a recuperar. Se escapa de tu control y puede llegar a cualquiera en cualquier momento. Lo que ahora quieres mostrar de ti tal vez mañana no te guste.
- Imágenes de desnudo y de menores de edad es considerado un delito de pornografía infantil. La pornografía infantil se convierte en delito cuando se crea, se posee o se distribuye. Si crees que su difusión perjudica a alguien hazlo saber a una persona adulta.
- La imagen de alguien no se puede utilizar sin el consentimiento de la persona implicada.
- El que recibas la imagen de alguien no te da el derecho de distribuirla.
- No te hagas participe con tu acción, broma u omisión. Cuando el sexting se convierte en humillación y acoso colectivo la víctima sufre muchísimo. Si lo promueves te conviertes en cómplice.
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