Cuando reprimimos nuestros sentimientos y pensamientos ya sea por miedo a ofender a los demás o por no mostrarnos vulnerables, podríamos terminar dañándonos a nosotros mismos. Esas emociones reprimidas se acumulan y nos hieren en silencio.
Expresa tu malestar, los demás no son adivinos
Debes expresar tu malestar porque tal vez la otra persona no sea consciente del daño de sus palabras y actitudes que tiene sobre ti. A veces esperamos que sean los demás lo que se den cuenta que han traspasado los límites. No solo eso sino que adivinen nuestros pensamientos y sentimientos. Los demás lo que pueden es intuir algunas cosas.
Tal vez se encuentren muy ensimismados y no se dan cuenta del impacto negativo de sus palabras o comportamiento. Es entonces que nos corresponde a nosotros hacerles notar lo que nos está causando daño. Debemos equilibrar si es momento de callar o si es necesario hablar para defender nuestras necesidades.
Emociones reprimidas terminan en problemas psicosomáticos
Mente y cuerpo son una unidad por los que las emociones y sentimientos reprimidos pueden terminar expresándose en problemas psicosomáticos.
Las personas que tienen la tendencia a silenciar sus emociones tienen mayor riesgo que salgan a la luz con síntomas psicosomáticos. Algunos de estos síntomas serían: tensiones musculares, dolor de cabeza, problemas gastrointestinales, dermatológicos o enfermedades más graves y complejas. Esta reacción por lo general termina pasando factura a su salud.
Expresa tus sentimientos y maten límites saludables
Tome estos pequeños consejos:
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Aprende a identificar lo que sientes
Se trata de un profundo ejercicio de autoconocimiento.
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Los límites no son negativos
Todo lo contrario de esta manera las otras personas sabrán hasta donde pueden llegar.
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Al defender tus derechos no dañas a los demás
Aprende a decir lo que piensas y sientes con respecto al otro pero siendo firme.
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Busca la forma más asertiva de desahogarte
Busca la manera de practicar el desahogo emocional de la mejor manera que te ayude a recuperar el equilibrio perdido.
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