Todos los días haces trabajar a tu cerebro, pero ¿cuántas veces le das a comer?
Claro que comes bastante, aunque nunca ingieres algo especial para la materia gris. De hecho, podríamos decir que tu cerebro se esta muriendo de hambre. Basados en la dificultad que se puede presentar para concentrarte o recordar fechas importantes.
Cada comida reporta un beneficio inmediato (más memoria, mayor concentración, entre otros) que pueden ayudar en cualquier ocasión. Especialmente cuando más lo necesitas. La dieta del hombre pensante.
Dieta para salvar nuestro cerebro
Especialistas aseguran que el ingerir alimentos ricos en carbohidratos como la avena, es lo mismo que recibir una inyección de glucosa en el cerebro. El cuerpo inmediatamente toma la glucosa de los carbohidratos y alimenta al cerebro para ayudarlo a que funcione.
A mayor concentración de glucosa en la sangre, mayor capacidad de memoria y concentración. También el plátano o un pan dulce, se transforma rápidamente en glucosa.
Existe una mezcla original de combustible para el cerebro. Café y galletas de chocolate. Las personas que consumen el equivalente en cafeína a aproximadamente una taza de café, experimentan una mejoría en su habilidad para poner atención y resolver ejercicios. Galletas o donas, para acompañar al café. La grasa de estos alimentos acelera la liberación de colecistoquinina, una hormona que retrasa el vacío del estómago, lo cual puede ayudar a maximizar la absorción de cafeína.
Por otra parte, los huevos y la leche son las fuentes más ricas de colina, un nutriente que hará memorable cualquier noche. Se cree que la colina aumenta la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor que ayuda a tu cerebro a retener y recordar información.
Croquetas de pollo. Estas y las pechugas empanizadas, contienen el aminoácido tirosina. La tirosina puede ayudar a tu cuerpo a mantener niveles cerebrales de dopamina, un importante neurotransmisor que ayuda a la memoria.
