Círculo vicioso de gritar a los niños

Círculo vicioso de los gritos
Círculo vicioso de los gritos

Círculo vicioso de gritar a los niños. Los padres no se levantan por las mañanas con el propósito de gritar a sus hijos. Sin embargo, son muchos los que lo hacen, sin interesar la edad de los hijos. Cuando estamos nerviosos o tensionados, aparecen los gritos en los hogares. Ser padres logra ser ciertamente estresante y los hijos consiguen hacer cosas que a los padres enojen, desilusionen o inclusive, inquieten.

Hay que entrenarse con eficacia. De este modo cuando los niños alcancen la edad de la adolescencia, los padres habrán entrenado sus emociones para evadir los gritos; puesto éstos, solo producen daños a los niños. Los inconvenientes relacionados con el castigo físico son bien populares; y a los padres jamás se les pasaría por la mente pegarles a sus hijos. Entonces ¿por qué se recurre a los gritos?

Al gritarles se forma un círculo vicioso que afecta la autoestima de los niños
Al gritarles se forma un círculo vicioso que afecta la autoestima de los niños

Este es un círculo vicioso que termina causando daños a los niños

Los padres y madres gritan a los hijos para pretender que desistan de hacer las cosas que no nos gustan y de esta manera, gritándoles, se logra que los niños se sientan mal con ellos mismos por lo que están haciendo.  Este abuso verbal asume resultados negativos, mucho más peligrosos de lo que los padres logren sospechar. Es preciso que los padres que gritan a los hijos de manera frecuente empleen tácticas de disciplina, pero positivas.

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Un círculo vicioso que no educa. Los gritos no instruyen, y los padres gritan a sus hijos sin percatarse de las secuelas que poseen. Regularmente los gritos aparecen cuando los niños tienen un mal comportamiento. En estos casos los padres reaccionan con este ejemplo de disciplina oral poco conveniente y el efecto es que el comportamiento de los niños se agrava y los padres agrandan los gritos. Y es allí donde comienza a formarse un círculo vicioso que se descontrola.

El mal comportamiento de los niños crea el apetito de gritar a los hijos. Sin embargo, esto solo creará que los inconvenientes se agraven. Los gritos simbolizan una fuerza psicológica que producen daño y dolor emocional a los niños, con efectos de censurar o controlar un mal comportamiento.

El empleo de palabras duras y los gritos solo forjarán que la autoestima de un niño se vea irritada y, por tanto, que su conducta no sea adecuada. Ya que cuando un niño se siente mal, se comporta mal.

La comunicación y la disciplina positiva son fundamentales para optimizar la relación con los hijos y impedir que los gritos sean una práctica en el hogar. Penderá de ti, como padre o madre examinar esto y poner fin a este círculo vicioso que solo hará daño a todos como familia.