Se puede ser feliz regalándole a nuestro cuerpo la satisfacción que brindan ciertos alimentos sanos, que ayudan a modificar nuestro estado de ánimo.
Cuando elegimos una dieta para adelgazar en la que tenemos que obligarnos a comer cosas que no nos gustan o peor aún, cuando estamos mal asesorados y saltamos las comidas por la falsa creencia que así es más efectivo para adelgazar más rápido, nuestros nervios se ven alterados y nos llega la sensación de ansiedad.
La buena alimentación que incluye nutrientes que actúan para promover el estado de ánimo positivo y que además consecuentemente le demos prioridad, ayuda a mejor la calidad de vida.
Por ejemplo, estudios demostraron que las cerezas son el mejor medicamento para la depresión por la cantidad de nutrientes que contiene; por descubrimientos como estos en el transcurso de los años, los psiquiatras han incluido en sus tratamientos las llamadas dietas de la felicidad haciéndolas compatibles incluso con la pérdida de peso, evitando restringir de manera tan excesiva la ingesta de calorías, ya que la sensación de hambre como nos referimos anteriormente altera los nervios haciendo a las personas más depresivas e irritables.
La dieta de la felicidad incluye alimentos que a la mayoría les atrae sus sabores, está basada en vegetales, pescados, carnes y no elimina los carbohidratos. Estos contienen nutrientes que promueven el estado de ánimo.
El Omega 3 influye positivamente el estado de ánimo y su carencia afecta severamente el estado emocional. De igual manera afectan el consumo de cereales, lácteos, frutos secos, plátanos, carnes, garbanzos, huevos, lentejas, cacao, guaraná, entre otros que contiene unos nutrientes llamados triptófano y fenilalanina que libera la serotonina incrementan los niveles de endorfinas que juegan un papel importante en el control de la ira, el estrés y la ansiedad, teniendo un efecto antidepresivo y dándonos una sensación de bienestar.
Las Vitaminas B y C también son esenciales para nuestro organismos para controlar nuestro estado emocional y físico para mantenerlo siempre positivo, su carencia afecta el sistema nervioso, provocando una sensación de cansancio y debilidad.
Es importante evitar los alimentos procesados, ya que son causantes mayormente de las depresiones, ansiedad y molestias en general. Para mantener la felicidad se debe tener una alimentación equilibrada y no saltar las comidas, teniendo en cuentas las características que brindan cada una, es decir las diferencias entre porciones y nutrientes que ameritan los desayunos, meriendas, almuerzos o cenas.
Para el desayuno es importante recordar que es el alimento más importante del día, ya que antes de este ya hemos pasado por 8 horas o más de ayuno y se debe alimentar para aportarle energía para poner en marcha el cuerpo durante el día, una bebida con algo de cafeína, un cereal y frutas son una buena opción.
En las meriendas, la selección de comida debe ser ligera, solo para apaciguar el hambre y poder llegar al almuerzo o cena sin esa ansiedad descontrolada, con una fruta o una barra de cereal puede ser suficiente.
El almuerzo se puede aprovechar para compartir con amigos o familiares, debe comer incluyendo la mayor parte de los nutrientes, balanceándolos en la porciones adecuadas entre proteínas, vegetales y carbohidratos, no es necesario comer en exceso para sentirse satisfecho, con una porción de proteína del tamaño de la mano, los carbohidratos en menor cantidad y todos los vegetales que considere necesarios, tomando en cuenta la saciedad.
Y la cena, como dije anteriormente pasaremos mínimo 8 horas de ayuno, sin embargo no se puede saltar y debe ser ligera, ya que durante la noche el proceso de digestión es más lento.
En resumen para explicarlo más simple, para mantener el estado emocional en óptimas condiciones se debe comer con conciencia, alimentos adecuados para nuestro organismo. Y por último pero más importante aún es el consumo de agua.
