El crecimiento en niños se inicia en el momento de la fecundación del óvulo finalizando en la maduración de los huesos. También se completa el desarrollo sexual que generalmente ocurre hacia el final de la segunda década de la vida.
El crecimiento no es solo el incremento del tamaño del cuerpo. Conlleva también la maduración progresiva de todos los órganos y sistemas adquiriendo una capacidad funcional completa.
¿De qué depende la talla final que alcanzará un niño?
Normalmente el 80% de la talla adulta es atribuible a factores genéticos. Así mismo determina el ritmo de maduración y es responsable de cómo crece un niño.
Sin embargo, ni la talla ni el ritmo de maduración depende exclusivamente de la genética. También influye en el resultado final la interacción a lo largo del proceso de crecimiento los factores genéticos y ambientales.
La talla final y el ritmo madurativo genéticamente establecido pueden ser modificados por los factores ambientales. Estos incluyen la nutrición, el cariño que reciba el niño o las enfermedades que haya sufrido o pueda sufrir.
Crecimiento en niños ¿Es constante?
La velocidad de crecimiento en los niños no es constante a lo largo de la infancia y puede variar mucho. Puede incluir periodos muy cortos. Es difícil establecer si el crecimiento de un niño es normal o no.
En el crecimiento también, además, de los factores mencionados anteriormente pueden influir las variaciones individuales completamente normales. Entre estas variaciones tenemos el sexo, el potencial genético de crecimiento o el ritmo madurativo del sujeto.
Los niños y niñas crecen y maduran de forma diferente. La pubertad en las niñas comienza entre los 10 y 11 años e inician el estirón puberal. Los niños hacen lo mismo entre los 12 y 13 años y tardan todavía un año en iniciar el estirón.
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