El hígado graso es bastante común y suele diagnosticarse luego que este órgano comienza a presentar dificultades para realizar sus funciones habituales por la acumulación de ácidos grasos.
Este problema es muy frecuente en personas que tienen una mala alimentación, en personas obesas, alcóholicas o con el colesterol alto.
Cuanto antes se detecte el hígado graso y se mejore la alimentación, más rápido se puede revertir esta afección.
Afortunadamente una buena dieta alimenticia te ayudarán a mantener tu hígado sano, limpio y funcionando bien.
*Es importante que antes de consumir alguno de los siguientes alimentos, lo consultes con tu médico.
Dieta para limpiar el hígado graso
Frutas
Níspero: Dentro de sus ventajas para muchas dolencias esta curar el hígado graso. Consumir esta fruta mejora las funciones hepáticas y tiene un efecto depurador sobre el organismo.
Limón: Cabe destacar que es para los pacientes que no tienen problemas de sensibilidad o acidez. Añade zumo de limón al té, ensaladas, bebidas y otras preparaciones. Es uno de los limpiadores hepáticos más potentes y ayuda a eliminar las grasas que se acumulan en este órgano.
Toronja: Es buena para los enfermos de hígado graso debido a uno de sus componentes principales, la naringenina, que activa los químicos responsables de oxidar los ácidos grasos. También sirve para disminuir la grasa del cuerpo y atenuar el síndrome metabólico. Estos dos factores se relacionan a menudo con esta enfermedad.
Verduras y hortalizas
Alcachofa: Es un diurético excelente, ayuda a regular el colesterol y el azúcar en sangre, disminuye la absorción de grasas, entre otros beneficios. Se aconseja consumir al menos dos veces por semana, de manera natural, en preparaciones ligeras, cocidas o al horno, sin aderezos, salsas o cremas.
Rábano y remolacha: Ambos se deben incorporar a la dieta porque sirven para desinflamar y depurar el hígado. Ademas de ser nutritivos y aportar pocas calorías. El rábano se puede consumir crudo o rallado en ensaladas y la remolacha se hierve para ser un ingrediente excepcional para ensaladas o como acompañamiento.
Achicoria: Lava y pica un kilo de raíz de achicoria tierna. Pasa por la licuadora, coloca en una cacerola y añade medio kilo de azúcar. Hierve hasta conseguir una consistencia similar a la de un jarabe. Conserva en una botella de vidrio con cierre hermético y bebe una cucharadita por día.
Con información de: MejorconSalud