Según la Universidad de Bonn en Alemania; la dieta occidental hace que las defensas del cuerpo sean mucho más agresivas a largo plazo. Incluso mucho después de haberse cambiado a una dieta saludable. Y es que el sistema inmune reacciona ante este tipo de dieta; igual a como lo haría ante una infección bacteriana.
Como consecuencia de estos cambios a largo plazo; pudieran ser los culpables incluso del desarrollo de arteriosclerosis y de la diabetes. Según dicha investigación demostró a través de un estudio con ratones; que la comida rápida hace que el sistema inmune produzca una inflamación aguda debido a la presencia de algo que reconoce como un virus. Dicha inflamación desapareció en los ratones cuando los investigadores le ofrecieron su dieta típica de cereales durante cuatro semanas.
Lo que se pudo notar significativamente fue que la reprogramación genética de las células inmunes y sus precursores no había desaparecido. De hecho después de cuatro semanas muchos genes que se habían encendido durante la dieta occidental seguían activos.
Dieta occidental. “entrenamiento inmune innato”
Según Eicke Latz quien es director del Instituto de Inmunidad Innata de la Universidad de Bonn, el sistema inmune innato tiene una forma de memoria. Si se produce una infección el sistema inmune permanece en estado de alerta para estar preparado si se presenta un nuevo ataque. A esto los expertos lo llaman “entrenamiento inmune innato”. Este proceso en los ratones no lo desencadenó una bacteria sino una comida no saludable. Efectos que duran por largo plazo.
Estos son hallazgos que resaltan cuán importante es para la sociedad. Los conocimientos relacionados a una dieta saludable; deben ser incluidos como parte fundamental en la educación de lo que son hoy en día. Sería la mejor manera para que los niños se inmunizaran desde temprana edad contra las tentaciones de las comidas industrializadas, señaló Latz.
