Hacer ejercicio ayuda a que te sientas más cómodo de estar en tu cuerpo

Realizar ejercicio, siempre tiene una motivación
Realizar ejercicio, siempre tiene una motivación

Muchas veces el comienzo de una rutina de ejercicio o una actividad deportiva es consecuencia de algo importante en tu vida. Los psicólogos tienen un nombre para esto: autonomía funcional.

Una persona comienza a jugar tenis, y quiere jugarlo bien. Comienza una vez por semana, luego dos. Cuando comienza a jugar con frecuencia, el objetivo ya no es distraerse o aprender, ya es subir de nivel al máximo. Algo positivo se transforma en una necesidad compulsiva, acompañada en ocasiones de presión.

El ejercicio hace que te sientas bien en tu cuerpo.

Si no comprendes este concepto, piensa en como te sientes cuando no entrenas. Te sientes flojo, e inconsistente. No es un problema mental. La realidad es que tu cuerpo se vuelve dependiente de un nivel de actividad.

Una vez que estableces los parámetros en tu cuerpo, un cambio puede hacerte sentir mal.

Cuando te das cuenta de que puedes determinar tu destino usando nada más que discos fríos de hierro, te sientes atrapado. El ejercicio representa la habilidad para salir de los contratiempos. Esto no esta mal. De hecho, es maravilloso. Por un corto y conciso periodo.

El ejercicio es un poco como el trabajo, si perseveras tendrás resultados. Es uno de los grandes regalos, te enseña que lo que eliges tendrá un resultado. En este caso, ir al gimnasio o quedarte en casa viendo la vida pasar.

No hace falta ser un sabio para darse cuenta de que las obsesiones pueden acarrearnos serios problemas. En el caso del ejercicio, es una de las pocas en la vida que se hacer en exceso sin correr mucho riesgo de morir. Y la mejor manera de saber si te estas excediendo es conociendo tus límites.

Cuando sientas fatiga o ansiedad, sabrás que ha llegado la hora de parar. Aplica estos simples consejos en tus rutinas, y no llegaras a la orilla del límite.