Los músculos lo producen a partir de la glucosa
En realidad el ácido láctico no es un producto de desecho sino un combustible. Los músculos lo producen con intensión a partir de la glucosa, que queman para obtener energía. Esta es la razón por la que los atletas trabajan tanto y por más tiempo. Cuando estos entrenan los músculos absorben más eficientemente el ácido láctico.
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Las células musculares tienen la capacidad de convertir la glucosa en ácido láctico. Este último es absorbido y usado por unos orgánulos celulares llamados mitocondria, encargadas de producir energías en las células. Las mitocondrias poseen una proteína característica que le permite transportar el ácido láctico a su interior. Con el entrenamiento intenso ocasiona que la masa de las mitocondrias se duplique y quemen más ácido láctico. Como consecuencia los músculos pueden trabajar mejor.
El ácido láctico durante el entrenamiento
Con el entrenamiento muchas células se adaptan a utilizar menos piruvato y producir menos lactato. No solo eso, al aumentar el ejercicio físico se aglomera cantidades adicionales de fibra muscular. Estas fibras se utilizan muy poco cuando la persona descansa o realiza actividades suaves. Muchas de estas tienen activación rápida y poca capacidad para convertir el piruvato en energía. Por ello mucho piruvato se convierte en lactato.
Al producirse el lactato trata de salir de los músculos y entrar en otros cercanos donde su concentración sea menor. Cuando el acido láctico logra entrar en otro músculo es posible que se vuelva a convertir en piruvato. Este podrá ser utilizado para obtener energía aeróbica.
El lactato también lo utiliza el corazón como combustible. A la vez puede llegar al hígado y volverse a convertir en glucosa y glucógeno y así vuelve a empezar el ciclo.
Por último puede trasladarse rápidamente de una parte del cuerpo a otra. De hecho, existen evidencias de que algunas cantidades de lactato se convierten de nuevo en glucógeno dentro del musculo. No necesariamente van al hígado.
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