El autismo y sus mitos, bien se sabe que es un trastorno neurológico y del desarrollo, que se da en las primeras fases de la infancia y perdura de por vida. Aunque el conocimiento del trastorno del espectro autista (TEA) ha ido en auge gracias a la divulgación de información mediante la tecnología vigente, aún hay muchos conceptos errados sobre quienes están en el espectro.
Tal como su nombre lo señala, el autismo es un espectro, lo que indica que todas las personas diagnosticadas con autismo no manifiestan las mismas características. Tampoco tienen comportamientos iguales ni tienen las mismas habilidades, esta disparidad ha contribuido a la aparición de muchos mitos.
Entre los más conocidos permanece la creencia equivocada de que el autismo está vinculado a las vacunas, específicamente contra la rubéola, paperas y sarampión. Este mito quizá perdura porque las vacunas por lo general se colocan cerca de los dos años de edad.
Y esta es justo la edad en que se reconocen los síntomas del autismo, los cuales en ocasiones abarcan regresión. Lo que significa perder aptitudes que previamente poseían y cada vez más inhibidos. Es factible suponer que uno dio cabida al otro, no obstante estudios confirman no ser así.
Las personas con autismo poseen súper poderes. Esto proviene del fenómeno del sabio, alguien con una destreza especial es extraordinario, según los estereotipos de la población.
El autismo y sus mitos
Un 10% de las personas en el espectro pueden tener aptitudes especiales en música, memoria y arte. La mayoría, no obstante puede tener áreas de gran rendimiento asociados a sus intereses u obsesiones especiales. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las personas con autismo no son sabias y no todos los sabios presentan autismo.
Las personas con autismo no desean hacer amistades. El autismo perjudica las relaciones sociales de la persona, no es que no quieran socializar. Aparentemente son secos o remisos en su exterior, pero es debido a su gran lucha con las habilidades sociales y a no poder demostrar sus sentimientos.
Las personas con autismo son incapaces de sentir emociones. Como su condición inhibe la habilidad de expresar emociones, parece que las personas en el espectro autista no sienten. Asimismo, se les hace difícil entender las expresiones de otros. No obstante, esto no se traduce en que incapacidad de sentir felicidad, compasión, enojo, tristeza, simplemente los entienden y expresan distinto.
El autismo es epidémico. Según las estadísticas, la tasa de autismo se ha incrementado en un 600% en las últimas cuatro décadas. Se considera que en 1975 1 de cada 1.500 niños tenía autismo. En 2014, 1 de cada 68 niños es diagnosticado con TEA con predominancia en niños, lo cual cuadriplica a las niñas. Aunque esta cifra se ha elevado mucho con el tiempo, no significa que el autismo sea un trastorno epidémico.
No se ha descubierto aún por qué, pero el autismo es una condición presente en la vida de alguien desde que nace hasta que muere. Las intervenciones pueden beneficiar a personas con autismo a aprender destrezas que no podrían tener de otra forma. Pese a esto, en un futuro cercano, la condición es incurable.
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