El poder de un aroma

El poder de un aroma
El poder de un aroma capaz de relajarte

El poder de un aroma es algo que todos vivenciamos conscientemente en algún momento de nuestras vidas. Es que acaso no le ha sucedido que va por algún lugar y de repente llega a ustedes un olor determinado que les recuerda algo en particular.

Quizás ese perfume que usaba tu primer novio, al olerlo años después te llega esa imagen de esa persona justo por el aroma. También el caso que de niños en casa había el olor de cierta flor frecuentemente, y años después al percibir ese mismo aroma te traslada a ese lugar.

En conocimiento de lo anterior, también hay que aclarar que en esos casos los aromas tienen una percepción muy individual. Todo depende de la vivencia o experiencia de ese aroma que cada individuo haya tenido.

El poder de un aroma
Aromas y emociones

El poder de un aroma en la actualidad

Yendo al campo de la ciencia, se sabe que los animales durante el periodo fértil generan cierto aroma que le dice al macho que esta lista para procrear. Pero para los humanos la cuestión no es tan fácil, es decir, manipular los sentimientos a través de un aroma va más allá.

Quizás para algunas personas es más perceptible un aroma que a otros. Aromas que pueden influir en emociones, deseos y hasta para la atracción por otros. Todo ello depende de la producción hormonal y su capacidad de percibirlos.

Además científicos y psicólogos aseguran que para conquistar a una mujer o para hacerla más atractiva requiere más que un aroma. Existen otras variables que podrían tener más peso en el momento del amor.

Así que para que exista un perfume que te haga más o menos atractivo, y que se enamoren de ti al primer olfato, falta bastante. Definitivamente un agradable aroma ameniza el ambiente, significa limpieza y pulcritud en alguien que es una señal buena. Pero no es parte del todo, se requiere también de personalidad para enamorar.

No te desanimes, continua duchándote a diario y colocándote un agradable perfume. Quien quita rompas el hielo diciendo ¡que rico hueles!