Qué padre no ha pasado por esas temidas rabietas de sus hijos, y a la vez se preguntan de ¿qué manera pueden salir airosos de esta situación? Según Rosa Jové la rabieta es una lucha que tiene el niño interiormente. Está entre lo que debe hacer por naturaleza y en la incomprensión de los padres. Esto ocasiona en el niño sentimientos ambivalentes y negativos.
Hay varias formas de abordarlas
Esas temidas rabietas. Lo mejor es la prevención
- Es aconsejable que se asegure que sus necesidades están atendidas. Cuando el niño tiene sueño o hambre se hace difícil razonar con ellos.
- Anticípele lo que va a suceder. Explíquele lo que se va hacer, cuánto tiempo se estará y qué hacer para que ese ratico sea lo más ameno posible.
- Dé opciones limitadas. Por ejemplo en los niños pequeños puede darle a elegir entre dos opciones. En la medida que van creciendo el margen puede ser mayor.
- Para evitar prometer cosas que no podemos cumplir lo mejor es callar.
- Podemos utilizar el sentido del humor o la distracción. De esta manera se puede ayudar a olvidar al niño el motivo por el que se ha enfadado.
- Enséñele a sus hijos a desdramatizar y que vean las cosas buenas y graciosas de cada situación.
Y si sucede una rabieta ¿Qué podemos hacer?
- Debe mantener el autocontrol ya que somos ejemplo para nuestros hijos.
- No te lo tomes personal puedes mantenerte a su lado sin necesidad de hablar.
- Si te cuesta mantener la calma, delega en otra persona o apártate.
- Mantente firme en tu postura a pesar de la rabieta.
- Empatiza y ponle nombre a sus sentimientos como: “sé que sientes rabia, enfado, enojo” así lo ayudaras a identificarlas. Baja a su nivel y háblale a su altura.
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Al pasar la tormenta pregúntale por lo que sucedió. Busca alternativas con él que puedan usar cuando sienta rabia o enfado. Si el niño es muy pequeño ofrécele alternativas.
