Estrategias para dejar el tabaco

Estrategias para dejar el tabaco
Estrategias para dejar el tabaco

Estrategias para dejar atrás la adicción al tabaco y empezar a llevar una vida más saludable. El tabaco es una planta de la cual se extraen sus hojas para formar los cigarrillos. Cada cigarrillo contiene muchas sustancias químicas nocivas para nuestra salud; capaces de producir dependencia física y psicológica. Por eso, conviene conocer cuáles son las estrategias eficaces para dejar el tabaco.

Por otro lado, la dependencia física está bajo la responsabilidad de la nicotina, que crea una sensación de placer, satisfacción y relajación. Esto se debe a que produce la liberación de una sustancia química llamada dopamina, que genera la sensación placentera. Una sensación agradable que el cuerpo requiere repetir una y otra vez.

Por otra parte, numerosos fumadores, aunque tengan información acerca de las posibles consecuencias del consumo, siguen fumando tabaco, por lo cual sería interesante cambiar de estrategia.

Del mismo modo, se sabe que el tabaquismo es una de las principales causas de muerte prevenible en el mundo. Igualmente, se sabe que puede producir enfermedades cardiovasculares, pulmonares y cánceres en diferentes partes del cuerpo.

De este modo, entre los datos relevantes que informa que, a los 20 minutos de dejar de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se reducen a valores normales. Así que, a las 48 horas se recobran los sentidos del gusto y del olfato. Al mes se reducen las dificultades para ejecutar actividad física. Al año el peligro de sufrir ataques cardíacos se reduce a la mitad y a los 4 años se iguala al riesgo que tienen los no fumadores.

Aun así, se sigue fumando. Debemos, más allá de informar sobre los efectos negativas de fumar. Por lo tanto, es indispensable fomentar los beneficios de dejar de fumar para prevenir o reducir el tabaquismo. Entonces, ¿qué esperas para dejar el tabaco?

Aquí van algunas estrategias para iniciar el valioso camino de dejar la dependencia al tabaco.

Reconoce los problemas que te genera fumar tabaco: Puedes apuntarlas en papel para organizarlas en tu mente; y así, tomar verdadera conciencia de las limitaciones que te genera fumar.

Registra en qué instantes tienes más ganas de fumar: Conocer los instantes de mayor debilidad es esencial para empezar a dejar el hábito de fumar. Por lo tanto, ¿A qué horas te dan ganas? ¿de qué manera? ¿qué lugar?, cuando hablas ¿con quién?

Aparta los elementos que te hagan recordar el hábito de fumar: Aleja los cigarrillos, ceniceros, encendedores de tu casa, coche, lugar de trabajo. Que no estén a la vista. Cuanto más fácil sea el acceso, más tentador será.

Comenta a tus seres más cercanos que estas intentando dejar de fumar: De esta forma lograrás que comprendan si andas algo nerviosa/o, irritable, con ansiedad. Además, hallarás con quien hablar cuando las ganas de fumar parezcan fuera de control.

Efectuar nuevas formas de enfrentar situaciones y sensaciones desagradables: Estas nuevas formas deben ser sanas para enfrentar el estrés, la ansiedad, el nerviosismo, la irritabilidad, etc. Por lo tanto, deben ser actividades que disfrutes y te generen bienestar: caminar, correr o cualquier otro deporte, leer algo entretenido, llamar a un amigo, escribir.

No intentes dejarlo de un día para el otro: Trázate una separación progresiva del tabaco. Intenta ir reduciendo de a poco las cantidades de cigarrillos que fumas por día. Las metas de reducción pueden ir de semana en semana o cada día.

De tal modo, que dejar de fumar no tiene por qué ser un sacrificio insufrible. Si piensas en todo lo bueno que puedes lograr al dejar el hábito de fumar; puede llegar a ser un camino disfrutable en busca de nuevas formas de vivir. Finalmente, cuanto más temprano se renuncie al hábito de fumar, mayores serán las posibilidades de evitar enfermedades; y así mismo, recobrar lo que se ha ido estropeando con el consumo.

Nunca es tarde.

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