Como dejar de ser esclavo de las grasas. Aprende a ejercer autocontrol sobre el enemigo número uno de tu salud alimentaria, sin hacer grandes sacrificios absurdos.
Ya te sabes la cantaleta: las grasas son lo peor que puede entrar a tu organismo (después de una bala, por supuesto).
Por eso, te has empeñado en decirle adiós a todo alimento que tenga el menor contenido de ese letal ingrediente; en espera de convertirte de la noche a la mañana en un modelo de salud. Pero, no tan de prisa.
De hecho; las grasas no deben eliminarse por completo del organismo. “las vitaminas liposolubles requieren ser ingeridas junto con alimentos grasos para ser absorbidas correctamente por el organismo”.
Eliminar por completo las grasas del organismo, es una estrategia que pone en peligro tu estabilidad metabólica.
Esclavo de las grasas, no, vamos a aprender a aprovecharlas de manera inteligente, apartando sus variedades y cantidades más perjudiciales.
Un poco de grasa hoy, evita comer mucha grasa mas tarde.
Así es, un estudio reveló que quienes consumen una pequeña dosis de grasa durante el día, satisfacen el antojo con mayor efectividad; por lo que tienden a consumir menos grasa durante el resto de la jornada.
La clave es que la porción sea suficientemente grande para evitar que se te antoje comer más grasa en el resto de los alimentos.
Equilibra el consumo.
Mucha gente decide hacer lo siguiente cuando quieren eliminar grasa de la dieta: atracarse de ensalada y olvidarse de postres, frituras, carnes y quesos.
Muchas veces comer más verduras y vegetales implica consumir más aderezos; es un clásico ejemplo de pensar sustituir un alimento, por otro automáticamente elimina la grasa en exceso.
Es preferible que te permitas un capricho grasoso al día, que pensar que estás haciendo lo correcto al abusar de alimentos que esconden la grasa.
Grasas que son saludables
No tienes que despedirte de la grasa por completo.
Los franceses consumen aceite de oliva y queso brie, y aun así gozan de una salud cardíaca envidiable y suelen ser mas esbeltos. Ciertas grasas vegetales suelen traer mayores beneficios al consumirse.
Por ejemplo: pan integral, uvas, espárragos, tomate fresco, mostaza.