Parálisis del sueño

Parálisis del sueño
Parálisis del sueño

La parálisis del sueño es una parasomnia frecuente. Si bien es benigno, este trastorno del sueño consigue generar angustia, principalmente si se acompaña de alucinaciones.

Normalmente el cuerpo se paraliza durante el sueño paradójico (etapa del sueño en la que soñamos). Un neurotransmisor (la glicina) imposibilita a los músculos moverse durante los sueños.

La parálisis del sueño anormal surge cuando las funciones motoras del cuerpo se inhiben con el despertar o cuando el mecanismo se activa de forma prematura. La sensación de miedo y las eventuales alucinaciones son provocadas por el estado de conciencia intermedia del cerebro que busca una explicación a la parálisis.

Puede deberse al estrés, a la ansiedad, a la fatiga, a la modificación repentina del modo de vida (luto, mudanza, cambio de trabajo) o a la anormalidad en las horas de sueño. Ella igualmente forma parte de los síntomas de la narcolepsia.

Síntomas de la parálisis del sueño

Durante una experiencia de parálisis del sueño, la persona se despierta sin poder moverse ni hablar. Los únicos músculos activos son los oculares y los respiratorios. La sensación es semejante a la de soñar estando despierto.

Las crisis suelen ser cortas y no duran más de algunos minutos. Se producen al instante de dormirse (hipnagógico) o al despertar (hipnopómpico). Esta parálisis generalmente está asociada a alucinaciones, que pueden ser de naturaleza variable según los casos. Las alucinaciones más frecuentes son las de sentir una presencia hostil en la habitación o una presión sobre el cuerpo.

Igualmente puede tratarse de alucinaciones auditivas (crujidos, ruidos de pisadas), visuales (percepción de objetos o de luz) o kinestésicas (sensación de caída, flotación, vibraciones). Estas alucinaciones pueden ser fuente de ansiedad e inclusive de insomnio: la persona tiene miedo a sufrir una nueva experiencia.

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