Placenta previa: Riesgos y cuidados durante el embarazo (2019)

Placenta previa
Placenta previa

La placenta previa ocurre cuando la placenta del bebé obstruye de manera total o parcial el cuello uterino de la madre (la salida del útero). La placenta previa puede provocar un sangrado grave durante el embarazo y el parto.

El ginecólogo valorará diferentes aspectos de la situación tanto de la madre como del bebé para decidir el mejor tratamiento para cada caso de placenta previa.

En primer lugar tendrá en cuenta la semana de gestación en la que se encuentra el embarazo, la dimensión del sangrado y por supuesto hará una ecografía. Esto para poder calcular la proporción de la placenta que está cubriendo el cuello uterino.

Si el sangrado ha sido pequeño o moderado y la parte de la placenta es pequeña se suele administrar medicación para evitar el parto prematuro. Y se recomienda reposo hasta llegar mínimo a la semana 36. Pudiendo incluso quedar ingresada para llevar un control exhaustivo hasta entonces.

En estas situaciones los médicos suelen dar corticoesteroides, para ayudar al bebé a que desarrolle sus pulmones. Para evitar problemas se debe evitar las relaciones sexuales y las duchas vaginalesdurante ese tiempo.


Prevención de la placenta previa

No se han encontrado maneras refutadas de prevenir la placenta previa. Existen dos teorías.

La primera está centrada en las causas que alteran las capas uterinas, como es el caso de las cirugías uterinas, los legrados o los miomas uterinos, y la segunda focaliza las causas de las alteraciones en la formación de la placenta, que pueden ser consecuencia del consumo de cocaína, tabaco o de haber tenido un embarazo gemelar.


¿Cuáles son las causas?

No se conoce la causa exacta de la placenta previa, pero se la asocia a lo siguiente:

  • Mujeres que tienen cicatrización en la pared uterina de embarazos anteriores
  • Las que tienen fibromas u otras anomalías del útero
  • Aquellas que han tenido cirugías uterinas anteriores o partos por cesárea
  • Mayores (de más de 35 años de edad)
  • Mujeres de raza afroamericana u otras minorías étnicas
  • Hábito de fumar
  • Placenta previa en embarazos anteriores
  • Mujeres que esperan un bebé varón


¿Cómo se diagnostica la placenta previa?

Además del examen físico y la historia clínica completa, la placenta previa puede diagnosticarse con una ecografía (prueba en la que se utilizan ondas sonoras para generar una imagen de las estructuras internas).

La ecografía puede mostrar la ubicación de la placenta y la porción que está sobre el cuello uterino. Una ecografía transvaginal puede ser más precisa en el diagnóstico.

Aunque la ecografía muestre una placenta baja durante los primeros meses del embarazo, solo pocas mujeres padecerán una verdadera placenta previa.

Es común que la placenta se desplace hacia arriba y descubra el cuello uterino a medida que el útero aumenta de tamaño, lo que se conoce como migración de la placenta.null

Riesgos de la placenta previa

La hemorragia es el principal problema que presenta la placenta previa, y aparece normalmente en el tercer trimestre del embarazo. Cuando la zona inferior del útero se adelgaza y la parte de la placenta situada sobre el cuello uterino comienza a sangrar.


Otros riesgos son:

Crecimiento fetal retardado:
consiste en una disminución patológica del ritmo de crecimiento del feto mientras se desarrolla dentro del útero. Tiene como consecuencia que el bebé no consiga alcanzar el tamaño previsto. Por lo tanto, tenga más riesgo de padecer complicaciones perinatales o, incluso, de morir

Defectos congénitos:

Una malformación congénita es un defecto en la anatomía del cuerpo humano, o en el funcionamiento de los órganos o sistemas del mismo, que se manifiesta desde el momento del nacimiento.

Esta alteración se produce porque un agente concreto actúa sobre el desarrollo del embrión en el vientre materno.

Hoy en día, la gran mayoría de las mujeres embarazadas dará a luz a niños que no padezcan ningún tipo de problema congénito ni malformaciones.

Esto se debe, en parte, al gran avance de la medicina y a la mejora de los sistemas sanitarios de los países desarrollados, que han permitido reducir el número de malformaciones congénitas a un porcentaje de casos casi inapreciable

Implantación anormal de la placenta (placenta accreta, percreta e increta):

Se denomina placenta accreta a una excesiva adherencia de la misma a la pared uterina. Causa hemorragia vaginal, y puede precisar una histerectomía, por lo que detectarla a tiempo es vital para evitar riesgos en el parto.

Parto prematuro:

Cuanto más prematuro es el bebé, existen menos posibilidades de que sobreviva y, en caso de conseguirlo, tendrá que hacer frente a mayores dificultades.

Tales como retraso mental, parálisis cerebral, problemas respiratorios, digestivos, pérdidas de visión y audición, retrasos en el desarrollo, y problemas de aprendizaje y de conducta.

Cuidados durante la placenta previa

 Placenta previa
Placenta previa

Una vez que se ha diagnosticado la placenta previa, es preciso seguir de forma rigurosa las indicaciones que marque el especialista.

En muchas ocasiones, cuando se detecta de forma temprana y no hay hemorragia, es posible que la placenta se desplace de nuevo y no ocasione ningún problema para el parto.

Aún así, por lo general, en estos casos se indica mantener un reposo relativo, la abstinencia sexual y llevar un control prenatal y ecográfico asiduo.

Cuando se registra sangrado, el tratamiento exige en la mayoría de los casos reposo absoluto (en casa o en el hospital según la valoración médica).

También restricción absoluta de las relaciones sexuales, control continuo, medidas farmacológicas y, si es necesario, adelanto del parto con la práctica de una cesárea.

Con información de www.consumer.es