Cada noche se experimenta el proceso de quedarse dormido el cual sigue siendo un proceso profundamente misterioso. Tanto es así que investigadores de la Universidad de Cambridge tratan de descubrir que sucede en ese momento de somnolencia. Precisamente es el momento en el que pasamos por la transición de estar despiertos a dormidos.
Se mide y se analiza para poder entender cómo una persona estando consciente y despierta se convierte en soñador. Además se quiere saber si ese es uno de los momentos más creativos.
El equipo de Cambridge señala que es muy poco lo que se sabe del momento inmediatamente anterior a quedarse dormido. A pesar que se han llevado muchas investigaciones sobre la actividad del cerebro durante el sueño.
Según Sridhar Rajan Jagannathan quien integra el equipo de Cambridge, indica que la transición por lo general dura de 5 a 20 minutos.
El proceso de quedarse dormido, niebla de la consciencia
Existen diferentes comportamientos. Para algunos quedarse dormido no requiere de mucho esfuerzo y para otros puede ser un viaje con turbulencias. Algunos sienten somnolencia pero luego vuelven a un estado de alerta quedando entre la urgencia por dormir y estar despiertos. Es en esta instancia en la que el doctor Tristan Bekinschtein llama “niebla de la consciencia”. Durante esta etapa los ojos se vuelven vidriosos, la atención divaga y los pensamientos empiezan a volverse difusos.
El momento con más riesgos de accidentes
Jagannathan ha querido mostrar que el momento previo al sueño podría estar relacionado con los accidentes o con los errores que se cometen. En un día de trabajo las personas pueden parecer despiertas pero si comienzan a pasar al umbral del sueño, pueden surgir errores significativos. No se habla solo de la seguridad como los de conducir un vehículo sino de cualquier actividad que demande concentración.
Por ahora en los laboratorios de Cambridge se estudian cómo cambian los tiempos de respuestas al momento en que las personas entran en esa etapa de sueño. Tal vez si se identifican los cambios en el movimiento de los ojos o en la actividad cerebral se podría hallar la manera de descubrir el inicio del sueño.
