Saber comer consiste en conocer el valor nutricional de los alimentos, y las verduras es uno de los alimentos más nutritivos y económicos que la naturaleza pone a nuestro servicio. Son muy ricas en vitaminas, fibra, minerales y sustancias anticancerígenas. Además, tienen un aporte bajo de calorías, lo cual, las hace indispensables en cualquier tipo de dieta.
Se pueden tomar de muy diversas maneras, e incluso crudas. En el caso de la col o la coliflor, desaparece el problema de los gases si la consumimos sin cocinar. Es una gran fuente de salud hacer ensaladas con todo tipo de verduras. La gran variedad existente nos da ocasión para utilizar toda nuestra imaginación en mil mezclas.
Este sería el caso de las espinacas. Por su riqueza en hierro y magnesio es una de las verduras más nutritivas. No tienen problemas de toxicidad y tampoco hace falta hervirlas.
Una de las ventajas de las verduras es que podemos tomarlas congeladas sin que pierdan su valor nutritivo. Recogiéndolas y congelándolas inmediatamente, como deben hacer las industrias, conservan las vitaminas mejor incluso que en el caso de la verdura fresca.
La razón de esta ventaja de las congeladas es que todo el tiempo que transcurre desde la recogida de la verdura fresca, su embalaje y transporte hasta los puntos de venta y el momento de consumo. En la congelación no se dañan los minerales.
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Saber comer, verduras cocidas
Al cocer una verdura sí disminuye su dosis de vitaminas, entre ellas la C; pero sigue ofreciéndonos un gran número de cualidades nutritiva. Destaquemos que, para las personas mayores, con problemas en la boca y la dentadura, una buena solución es hacer licuados de verduras.
Todos lo purés de verduras pueden congelarse ya cocinados. Al descongelarlos si conviene utilizar la batidora para darle uniformidad a su aspecto. Por otro lado, también resulta muy útil y sano preparar la papilla de los bebés con verduras. Es posible triturarlas de una vez y guárdalas en recipientes individuales que se congelan. Cada día se puede utilizar una ración.
