¿Qué protocolo seguir en caso de presentar síntomas de la variante Ómicron?

síntomas del ómicron

Más de dos años han pasado desde que la enfermedad de coronavirus se instaló en nuestra sociedad cambiando por completo todo el sistema sanitario y sociocultural a nivel mundial. Hoy en día, aunque podríamos decir que se trata de un “virus controlado” la realidad es que su mutación constante y el desarrollo de nuevas variantes impide que se convierta en un capitulo que podamos pasar a la historia.

El nuevo protagonista, lo representa Ómicron, una nueva variante identificada por primera vez a principios de diciembre del año pasado en la India y el cuál muestra hasta ahora, las tasas más rápidas de contagio entre la población.

Aún así, si algo positivo podemos ver en este panorama es que aunque algunos de los síntomas de Ómicron no distan mucho de variantes anteriores, éste no alcanza a generar una alta tasa de mortalidad. Por tanto, si bien los protocolos de salud, bioseguridad y prevención se mantienen, no hace falta que corras a un hospital en Tenerife o en cualquier otro lugar de España ante un resultado positivo. De hecho, lo recomendable ante el contagio sigue siendo el aislamiento para evitar la propagación y sólo buscar atención médica en caso de agravamiento de los síntomas o enfermedades preexistentes de riego.

De igual manera, en este artículo te aclararemos cuáles son los síntomas más comunes de Ómicron, cuáles son los que deben someterse a consideración y qué protocolo aplicar ante el contagio de esta nueva variante.

Síntomas de la nueva variante Ómicron y cómo actuar ante ellos

Como bien hemos evidenciado desde el inicio de esta pandemia, los síntomas por contagio de virus SARS-CoV-2 pueden ser totalmente diversos en cada persona. Si quisiéramos establecer uno cómo el más común de la variante Ómicron, este sin duda sería la fatiga extrema. O por lo menos eso es lo que evidencias las estadísticas publicadas por diversos estudios de control sanitario a nivel mundial. Seguido de ellos, se podrían considerar como síntomas recurrentes:

  • Tos seca
  • Molestia en la garganta
  • Fiebre
  • Dolor de cabeza

Lejos quedaron aquellos síntomas que generaban la pérdida de sentidos como el olfato o el gusto, los dolores musculares y corporales o la diarrea. Sin embargo no son condiciones que se descarten pues todavía hay un porcentaje mínimo de contagiados que notifican presentarlos.

Además, otra diferencia de los síntomas de Ómicron con respecto a otras variantes es el tiempo de incubación y duración de la sintomatología. Mientras que el primer SARS-CoV-2 podía mostrar síntomas hasta 14 días después de la exposición al virus, Ómicron muestra un período de incubación no mayor a 5 días, máximo período también para el duración de los síntomas en casos considerados como leves.

Ahora bien, como mencionamos al inicio los protocolos de acción ante el contagio con Ómicron no ha variado mucho. Lo inicial ante la sospecha o presencia de síntomas es el descarte por medio de una prueba diagnóstica. Hay que considerar que se han registrado casos en los que un mismo paciente ha dado negativo en el test de antígenos, pero positivo en la prueba PCR, por lo que es mejor no confiarse a la primera.

De allí ante casos leves que no requieran atención primaria u hospitalización, lo siguiente es el aislamiento y el descarte de infección a todo el grupo familiar cercano o convivientes. Y con síntomas de Ómicron o no, este aislamiento debe realizarse por 10 días desde la aparición de los primeros síntomas o si bien, desde la confirmación del diagnóstico positivo.

Por último, debemos tener muy presentes que si algo ha ayudado a que la propagación de esta variante sea la más elevada en la historia del coronavirus, es el hecho de que las personas suelen confundir los síntomas de Ómicron con una “simple gripecita” producto del cambio de estación. El COVID-19 no ha desaparecido y está lejos de hacerlo, por más que tratemos de volver a la normalidad, los protocolos de higiene y de bioseguridad deben seguir siendo una constante en nuestras vidas y en nuestra cotidianidad.

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