El trastorno de ansiedad es uno de los más comunes en la población. No importa edad, credo, raza o sexo. Bajo este orden; están también los llamados trastornos o síndromes depresivos que con el transcurrir del tiempo y, la constante evolución humana, se han hecho cada día más presentes en la población mundial.
La Psicología y el estudio del trastorno mixto
Históricamente; se ha observado a ambas afecciones bajo la lupa de la Psicología, ambos trastornos tienen muchos elementos que se relacionan entre sí. Es frecuente; asociar un estado de ansiedad prolongado que desencadene una depresión severa. No obstante, esto se puede evidenciar, en una gran cantidad de personas de forma simultánea.
Por esta razón se cataloga a ambos trastornos en un solo, tal es el caso de trastorno mixto-ansioso depresivo. Los que lo padecen, presentan un sin número de síntomas que se mezclan con los padecimientos anteriormente mencionados.
Depresión y ansiedad: dos elementos en consonancia
Uno de los elementos más comunes que existen entre la depresión y la ansiedad; es la gran carga negativa a nivel afectivo que quien presenta un proceso de tal magnitud padece. Interpretado de otra manera, podemos decir que ambos trastornos comparten el mismo grado de dolor emocional, irritabilidad, malestar, sensación de culpa y un estado de ánimo variable.
Muy rara vez se da de forma separada la depresión y la ansiedad, parece ser que el precedente es que van acompañadas una de la otra. Otro punto en común que nos encontramos en ambos padecimientos, es que las personas están experimentando un gran sufrimiento de lo que no son o serán capaces de enfrentarse a la vida o a las circunstancias que esta les presente.
Las personas con ansiedad por lo regular; notan una especie de subidón emocional que les anticipa lo que está por venir. ¿Pero qué sucede cuando se mezcla con la depresión? ¿Qué pone de manifiesto la persona?
¿Qué es el trastorno mixto-ansioso depresivo?
Es un trastorno que se caracteriza por la presencia combinada de síntomas característicos de la depresión y la ansiedad, sin tener ninguno de los dos mayor repercusión o grado, se dan en el mismo grado. Los síntomas típicos de este estado abarcan: dificultad para concentrarse, tensión, estrés y preocupación excesiva.
Además, también pueden aparecer síntomas físicos como molestias estomacales, taquicardias y sudoración excesiva, producto del estado en el que se encuentra la persona. Se trataría de síntomas que concuerdan con el nivel de afecto negativo. Lo aconsejable es ir a un especialista para que ofrezca el diagnóstico más cercano.
