Tripanofobia: Miedo extremo a las inyecciones

Tripanofobia, miedo extremo a las inyecciones
Tripanofobia, miedo extremo a las inyecciones

La Tripanofobia es el miedo extremo a las inyecciones es una de las fobias más frecuentes y temidas. Este miedo no solo se observa en los niños; de seguro todos conocemos a una persona adulta que siente este enorme miedo a vacunarse o efectuarse un examen de sangre.

Las personas que padecen de esta fobia tripanofobia lo pasan verdaderamente mal cuando deben colocarse una inyección y asistir a emergencias. Y, generalmente, evitan a toda costa estas circunstancias sin interesarles poner en peligro su vida.

El primordial síntoma de este trastorno es el deseo descomunal de evadir el estímulo que induce a una gran angustia. Este estímulo fóbico son las jeringas y la posibilidad de recibir una inyección. Esta fobia es una de las más habituales. Deduciendo que alrededor del 10% de las personas la sufre en algún nivel.

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En ocasiones, la tripanofobia es confundida con el miedo a la sangre o a objetos punzantes. No obstante, el miedo a las inyecciones logra ser exclusivamente un gran recelo hacia estos objetos. Las personas con tripanofobia no sienten miedo a la sangre o a las agujas, solo a la sensación que esta produce.

Orígenes de la fobia: tripanofobia

El miedo a las inyecciones se desarrolla durante la niñez y generalmente permanece en la edad adulta. Su causa frecuentemente es una experiencia traumática en la niñez o juventud. A pesar de que realmente no provocan mucho sufrimiento las inyecciones; estas personas lo advierten como una seria amenaza para su integridad física. Saben que no van a morir por la inyección, pero sí que el dolor será tan fuerte que no lo conseguirán aguantar.

Tratamiento para las fobias

El tratamiento de las fobias es semejante en casi todos los casos. Donde la terapia psicológica, asume un alto valor de garantía. Hay distintas corrientes que logran ser ventajosas para tratar la tripanofobia. No obstante, la terapia cognitivo conductual se cree ser la que contribuye superiores efectos. Este tipo de terapia intenta transformar los sucesos internos (pensamientos, emociones, creencias, etc.) y conductas que se piensan que son los ocasionales del malestar.