El zinc está presente en todas las células de animales y vegetales. Es un elemento clave para un crecimiento y desarrollo indispensable en la infancia.
Además, está presente en la digestión y el aprovechamiento de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono. También está relacionado con la producción de energía y fortalece el sistema inmunológico. Este mineral ha motivado interés por su potencia para combatir las infecciones y cicatrizar las heridas.
Algunos estudios en niños desnutridos con bajos niveles del mineral se les administro suplementos de este elemento. Por tal motivo experimentaron aumento en los linfocitos T que ayudan a combatir las infecciones de gravedad y en duración.
En cuatro estudios realizados posteriormente no se halló ningún efecto terapéutico en las pastillas o geles nasales de zinc.
El zinc como cicatrización de heridas
Los suplementos de este mineral son muy útiles en el tratamiento de problemas cutáneos. Aunque solo en las personas en que los niveles de zinc son bajos. Las pomadas son más eficaces que los suplementos cuando son aplicadas directamente a la herida. Con ella reduce la infección y estimula la cicatrización. También es un elemento común en las cremas para acné y en el champú para las afecciones del cuero cabelludo.
El zinc presente en los alimentos
Está presente en una gran cantidad de alimentos. Las mujeres deben consumir alrededor de 7 mg diarios y los hombres unos 9 mg. La carne es una de las mejores fuentes de este mineral. Los vegetarianos deben incluir en su dieta huevos, cereales integrales, frutos secos y legumbres.
Cuando se consume exceso de zinc
Cuando el consumo por accidente es superior a 200 mg puede provocar naúseas y vómitos.
También el consumo prolongado puede interferir en la absorción del cobre y del hierro.
Por regla general el tener una dieta equilibrada es suficiente para proporcionar los nutrientes necesarios.
Los suplementos son solo útiles sino se obtienen los suficientes nutrientes a través de la alimentación.