Tantra, enseña a utilizar el deseo material con un propósito espiritual. El sexo tántrico como tal no existe, es el tantra lo que se práctica, este pone énfasis en el cuerpo, y también en la energía que este libera; acepta al cuerpo como algo sagrado, el deseo es algo transcendente y el sexo es una fuente de placer.
Tantra: un mundo por descubrir.
Se basa en la existencialidad, aquí y ahora. De manera indirecta esta practica hacia la vida, afecta la sexualidad en la que la persona conecta con su ser y el de su pareja. La sexualidad es parte esencial de la vida; se puede vivir como algo hermoso, permitiéndonos desarrollar nuestro gozo y plenitud; o por el contrario alejarnos de lo natural, la libertad y el placer en otro esplendor.
Está se desarrolló en la India hace más de cinco mil años; es garantizado y no hay duda; no en vano el Tantra era utilizado sólo por los reyes de la monarquía india; pues daba todas las reglas para controlar el espíritu, mente y cuerpo, tener el poder sobre los mismos. En occidente, se llenaron de curiosidad y comenzaron a desempolvar esta técnica.
Toma tiempo, concentración y dedicación. Tener mente abierta, ya que se considera importante que el hombre no eyacule de inmediato; ya que el semen es la pertenencia más valiosa del hombre, se practican ejercicios mientras que el semen se transforma en energía; y así esta energía asciende y activa los siete chakras de la conciencia.
Lingam es el órgano sexual masculino y el Yoni es el órgano sexual femenino, solo el Yoni puede activar un Lingam; significa que el hombre solo puede practicar sexo tántrico si la mujer se lo pide.
Una de las energías que reposa en esta filosofía es la energía Kundalini, esta fuerza invisible hace avanzar espiritualmente y desbloquear los miedos y ataduras de la menta; su objetivo es la limpieza de los chakras, ayuda a mejorar la sexualidad y vivirla con mayor intensidad.
Anímate, aprende sobre esta técnica milenaria, disfruta y conoce mundos nuevos. Existen varias reglas, una serie de ejercicios y posturas que hacen que el placer que se experimenta sea extraordinario.
