Ha sido un largo camino, pero todavía tienes mucho que esperar al llegar a los 8 meses de embarazo. Al final de la semana 37, tu bebé está muy cerca de culminar su proceso.
Recuerda que solamente un 5% de los bebés llegan exactamente en la fecha de parto; mientras que la mayoría de las mujeres dan a luz entre la semana 38 y la 42. Esto quiere decir, que hacia el final de los 8 meses de embarazo, podrás dar a luz en cualquier momento.
Por supuesto, aunque puedes dar a luz en este mes, también es posible que te falten algunas semanas para el nacimiento del bebé, así que aprovecha este tiempo para hacer tus preparativos.
Prepárate para el parto
Prepárate para la labor y mantente alerta a los síntomas del parto, esta es la clave en este momento de tu embarazo. Sabrás que estás en trabajo de parto (a diferencia de las falsas contracciones conocidas como contracciones de Braxton Hicks), cuando las contracciones sean regulares y se produzcan a intervalos cada vez más cortos.
Es posible, cuando comience el trabajo de parto, que sientas dolor de espalda, calambres o presión en la zona pélvica. En este momento puedes romper fuentes; y podría aparecer un sangrado parecido a la menstruación.
No debes dejarte llevar por el pánico cuando presentes estos signos del parto. Llama a tu doctor, porque él estará en capacidad de aconsejarte cuánto tiempo debes esperar en casa y cuándo debes ir al hospital.
Tal vez sientas cansancio y mayor dificultad para respirar, ya que el útero crece hacia arriba. Puedes tener várices, venas hinchadas rojizas o azuladas generalmente en las piernas, o hemorroides, várices en el recto.
Las hemorroides pueden ser dolorosas, producir picazón y sangrar. También puedes tener estrías donde se estiró la piel. Las contracciones, la acidez y el estreñimiento pueden continuar.
Se te puede escapar un poco de orina cuando estornudas o te ríes, ya que el útero presiona la vejiga. Las hormonas pueden hacer que el cabello tenga más volumen y esté más saludable.
8 meses de embarazo: cambios internos y externos
El desarrollo de tu bebé: En esta etapa, tu bebé ya habrá “descendido”, o se habrá acomodado (moviéndose hacia tu pelvis) y continuará creciendo, aunque de manera más lenta. El lugar está apretado ahora, así que no debes sorprenderte si sientes menos movimientos del bebé ahora.
Cambios en tu cuerpo: Además de los cambios físicos, puedes sentirte muy emotiva. Por otra parte, el tamaño de tu barriga es para algunas personas una buena razón para ofrecerte consejos.
Puedes sentirte abrumada, ansiosa, molesta o nerviosa. También puedes sentirte un poco impaciente, pero tienes que saber que tu bebé está preparado para conocerte; y solamente necesita un poquito más de tiempo.
Adáptate a estos sentimientos y recuerda que este es un periodo de muchas emociones y que lo superarás. Tú puedes hacer eso.
8 meses de embarazo: 10 cosas que debes tener a mano para el gran día
Como ya hemos mencionado, la fecha probable de parto no suele ser coincidente con el día real en el que la mujer da a luz. Lo más frecuente es que el nacimiento se retrase entre dos y tres días.
Pero hay que tener en cuenta, además, que un 7% de los niños que nacen en España lo hace de un modo prematuro, es decir, antes de la semana número 37. Además, muchos otros también se adelantan a su fecha estimada, aunque sea tan solo unas jornadas.
Esta incertidumbre obliga a las mujeres a ser precavidas y tener preparado el equipaje que debe llevar al hospital al menos con un par de semanas de antelación.
En función de la estancia, la madre y el bebé necesitarán más o menos equipaje. Pero, como no siempre es predecible el tiempo que se permanecerá en el hospital, siempre es mejor llevar de más: que sobre y no que falte.
1. Pijamas y bodies. Es común que en los hospitales del servicio sanitario público proporcionen pijamitas para los recién nacidos, pero algunas madres prefieren usar los suyos.
2. Gorrito y manoplas. Nada más nacer, el personal sanitario colocará un gorrito en la cabeza del bebé, para que se mantenga a una temperatura estable. Asimismo, es aconsejable poner en sus pequeñas manos unas manoplas para impedir que se arañe con sus uñas su delicada carita.
3. Pañales y toallitas. El hospital puede facilitar pañales y toallitas para cambiar a los niños. Sin embargo, nunca está de más llevar alguno, aunque sea un paquete de cada, por si surge un imprevisto.
4. Baberos y gasas. Los baberos son muy útiles para evitar que el pequeño se manche la ropa si tiene regurgitaciones. Por su parte, las gasas son recomendables para limpiar al bebé si echa un poco de leche.
5. Mantita o toquilla. De mucha utilidad para tapar y proteger al niño cuando se le coge en brazos, o para la salida del hospital, si las temperaturas son bajas.
6. Ropa para la salida. Los padres podrán estrenar alguna de las ropitas que hayan adquirido para su hijo el día que reciba el alta. Se debe tener en cuenta que el vestido sea cómodo.
7. Neceser del bebé. Los progenitores no tendrán que bañar a su pequeño durante la estancia hospitalaria, pero, si lo desean, pueden llevar un neceser que incluya un pequeño cepillo, un bote de su colonia infantil favorita y pomada para el culito del bebé, por si se irrita.
8. Neceser de la madre. El neceser materno debe tener lo básico para la higiene durante su estancia en el hospital: jabón, desodorante, champú, cepillo y pasta de dientes, peine, crema hidratante y un paquete de compresas tocológicas (más grandes y absorbentes de lo habitual). No está de más meter algo de maquillaje o colorete (si acostumbra a usarlo), para que se sienta igual de guapa que siempre.
9. Ropa para la madre. La mujer debe llevar al menos un par de camisones con abertura delantera, para facilitar la lactancia, una bata y zapatillas. Además, para ir cómoda a la salida del hospital, es conveniente usar las mismas prendas que se utilizaron durante el embarazo, ya que en dos o tres días es improbable que su cuerpo recupere su talla anterior.
10. Ropa interior. La mujer que dará el pecho a su bebé necesitará un par de sujetadores de lactancia y un paquete de discos empapadores para evitar los escapes de leche. Las braguitas deben ser holgadas y cómodas, de algodón o, si se prefiere, desechables.
Con información de www.plannedparenthood.org
