Las personas obesas y diabéticas deben tener especial atención ante los dulces y azúcares. De entre los hidratos de carbono refinado de consumo masivo merece especial atención el azúcar. Nos da energía de consumo inmediato, pero está provisto de otros nutrientes como vitamina y minerales.
El consumo excesivo de azúcar provoca obesidad porque se almacena fácilmente en forma de grasa. Produce, además caries dentales; otro efecto igualmente negativo, una gran sensación de saciedad.
Las personas inapetentes o, sencillamente, las que buscan una alimentación cómoda pueden llenar su estómago; dejando de comer otros productos que su organismo sí está necesitando realmente. Hay que moderar el consumo de hidratos de carbono de absorción rápida como el azúcar; los bollos elaborados con harina refinada y, en general, todos los dulces y pastelería industrial, especialmente cuando existe sobrepeso.
Atención, la miel es saludable
Una mención especial merece la miel y las frutas. El dulce néctar de las abejas contiene aproximadamente un 35 por ciento de glucosa, un 40 por ciento de fructosa, un 15 por ciento de agua y un 10 por ciento de otros productos, entre ellos proteínas, ácidos orgánicos, aceites esenciales, levaduras, vitaminas y minerales.
La miel posee además un poder antibiótico, antiinflamatorio, cicatrizante y tonificante. Como su poder edulcorante es mayor que el del azúcar (una cucharada de miel endulza lo mismo que dos de azúcar), podemos considerarla como un alimento saludable.
Recuerda que el azúcar desempeña diversas funciones importantes en nuestro cuerpo, como la activación de la energía indispensable para el buen desarrollo de las actividades diarias. Sin embargo, es indispensable conocer los efectos negativos que el exceso de glucosa puede tener en el organismo.
Si no queremos perder el gusto dulce, podemos utilizar otros sustitutos en la cocina. Las especialistas aconsejan optar por las formas naturales para endulzar.
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