Aumentar el placer mediante las practicas del sexo Tao. El control de la eyaculación aconsejado por el taoísmo intenta proporcionar al hombre y a la mujer una capacidad casi ilimitada para tocarse y amarse el uno al otro.
Una vez que un hombre ha adquirido la habilidad para regular sus eyaculaciones, no solo conserva su esencia vital, sino que será capaz de hacer el amor con tanta frecuencia como desee su compañera. Fuera de Oriente no es común la creencia de que esperma contiene la esencia vital del hombre, y que, por lo tanto, cuanto más contenga la eyaculación, más joven se mantendrá.
Los amantes occidentales han tenido tradicionalmente otros parámetros para la actividad sexual. Aún así, o precisamente por eso, las prescripciones taoístas han interesado profundamente a muchos sexólogos, que diariamente atienden a un número creciente de hombres que sufren de eyaculación precoz.
Existe una creencia occidental que contribuye al problema: casi todos los hombres y muchas mujeres, creen que es imposible el placer masculino sin eyaculación. Pero esto no es así, por o menos en término absolutos. Para los taoístas, la eyaculación necesaria es sólo un mito, y en todo caso, lo que proponen no es renunciar a ella, sino aprender a elegir el momento, para que el placer se prolongue.
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Aumentar el placer a través de esta técnica sencilla
Actualmente, el antiguo método propuesto por el maestro Wu Hsien está siendo aplicado por miles de occidentales en el mundo entero.
La técnica es muy sencilla. Cuando el hombre siente que está llegando a una excitación excesiva, simplemente debe retirar su pene entre 10 a 30 segundo. De esta manera, rehúye el peligro de eyaculación y pierde 10 al 30 por 100 de su erección. Después vuelve a introducir su miembro y prosigue la penetración.
Se puede practicar esto tan a menudo como se desee. A medida que aumenta la destreza, sólo necesitará efectuar la retirada en contadas ocasiones.
Las claves del taoísmo se mantuvieron en secreto durante miles de años. Se transmitían por vía oral y se escribieron a principios del siglo II A.C. Para que este conocimiento quedara fuera del alcance de los no iniciados, las recomendaciones y técnicas se encubrían con textos de poesía arcana.
