Según investigadores, los niños que comen regularmente en familia tienen mejores habilidades sociales y mejor aptitud física. Las comidas familiares proporcionan muchos beneficios en cuanto a salud física y mental. Así lo señaló un estudio canadiense a largo plazo.
Explicó Linda Pagani que el tener a los padres en las comidas, le brinda a los niños pequeños una interacción social de primera mano. También, conversaciones sobre temas sociales y sobre temas cotidianos.
Pagani es autora del estudio y profesora de psicoeducación en la Universidad de Montreal.
Con las comidas familiares aprenden interacciones
Los niños al estar en la mesa con la familia aprenden interacciones prosociales en un ambiente familiar y emocionalmente seguro. Con esto, los niños experimentan formas positivas de comunicación; y es probable que ayude al niño a utilizar mejores habilidades para comunicarse con las personas ajenas a su círculo familiar.
En la investigación se utilizaron datos del Estudio Longitudinal sobre Desarrollo infantil de Quebec. En él se siguieron a niños a partir de los 5 meses de edad nacidos en los años 1997 y 1998 y los padres reportaron de las comidas familiares cuando tenían unos 6 años de edad. Cuando tuvieron 10 años los padres, maestros y los mismos niños dieron información sobre los hábitos en su estilo de vida y el bienestar de los mismos.
Comparado con los niños que no tenían comidas familiares, los que si la tenían presentaban: niveles altos de aptitud física, un consumo bajo de refrescos y mayores habilidades sociales a los 10 años. Asimismo, eran menos propensos a tener problemas emocionales, indicaron las investigaciones.
Estos hallazgos permiten sugerir que las comidas familiares no solo permiten un ambiente familiar de calidad. También permiten alcanzar objetivos fáciles para la educación de los padres; tan importante como es el de mejorar el bienestar de los niños. De esta manera lo planteó Pagani.
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