El gran poder de los besos: un desencadenante emocional

El gran poder de los besos
El gran poder de los besos

Nuestra cultura lo entiende como un gesto sexual discreto y es el único bien visto públicamente, así es el gran poder de los besos. Los padres lo hacen delante de sus hijos, e incluso los recién casados delante de sobrinos.

Sin embargo, un beso es un detalle cargado de erotismo, esa es la realidad. Es uno de los contactos físicos más intensos que pueden regalarse dos amantes. Provoca una tormenta hormonal de tal manera, que por sí sola tiene la capacidad de hacer florecer el enamoramiento.

Cierre sus ojos y pídale a alguien que roce suavemente sus labios con la punta de un dedo. Enseguida notarás un torbellino de sensaciones gracias a la finísima piel de tus labios. Las terminaciones nerviosas están a flor a piel y con solo el acercamiento se activa nuestro organismo.

En ese momento la dopamina, un neurotrasmisor, eleva la tensión arterial y acelera el pulso. Esto nos llena de energía y agudiza nuestros sentidos. No solo reaccionamos de manera física también se desencadenan efectos emocionales; queremos buscar un premio, un regalo, un refuerzo.

El gran poder de los besos. El momento mágico

el poder de los besos
Al rozar los labios al cerebro llega una infinidad de información sobre la humedad

Al estar en los momentos previos al beso se segrega noradrenalina responsable del estrés, poniendo nuestro organismo en alerta. Entonces los ojos de escrutan e interpretan cualquier señal. Se tensa el cuerpo y la piel aumenta su sensibilidad. Al rozar los labios al cerebro llega una infinidad de información sobre la humedad, presión y hasta la temperatura.

En ese instante la dopamina llega al cerebro que ya estaba activa con las miradas previas. Esta se complementa con la feniletilamina lo cual provoca una sensación divina de plenitud y felicidad.

Ahora surge una interrogante ¿Por qué en los besos de amor por lo general se utiliza la lengua? Eso es porque se intercambia saliva. Con la del hombre impregna a la de su pareja de testosterona. El organismo empieza a liberar oxitocina, la hormona que a las mujeres le hace sentir entre nubes. Luego se completa con la endorfina que agrega sensación de placer y bienestar.

Kelvin Keen Goyo Soto
Agroecólogo de profesión, analista SEO por convicción, redactor por motivación y científico de corazón. Eterno estudiante de ciencias naturales, tecnologías, marketing 2.0 y economía. "No busquemos el éxito, persigamos la excelencia y el éxito nos perseguirá a nosotros"