Erisipela, enfermedad infecciosa de la piel

Erisipela, enfermedad infecciosa de la piel
Erisipela, enfermedad infecciosa de la piel

La erisipela es una enfermedad de la piel fácil de detectar por el enrojecimiento de la zona afectada y el fuerte dolor que induce. Logra afectar a la piel de la cara, pero por lo general brota en una pierna. Esta enfermedad precisa de un tratamiento urgente.

Esta enfermedad es causada por las bacterias Streptococcus y Staphylococcus aureus. Varios elementos favorecen la erisipela, pero los más usuales son las heridas de la piel o úlceras, un sistema inmunitario débil, la falta de circulación sanguínea en las piernas o la diabetes.

Síntomas de la erisipela:

Cuando la enfermedad afecta a la cara, los enfermos sienten dolor agudo y presentan un rostro hinchado, rojo y caliente cercado por un cordón que limita los bordes de la zona afectada. Los enfermos de erisipela tienen una sensación de quemazón en la piel.

Sin embargo, la manifestación más común (80 % de los casos) es en la pierna. Esta variante de la enfermedad provoca fiebre alta (39° C/40° C), aparición de placas rojas o zonas eritematosas; edema o hinchazón de la pierna, así como dolor intenso en la zona de la pierna donde la piel está enrojecida y brillante. Igualmente causa la inflamación de los ganglios linfáticos de la zona afectada, incluyendo la ingle.

¿Cómo se contagia la erisipela?

Es una enfermedad contagiosa. La transmite una persona infectada por la bacteria Streptococcus y lo más frecuente es que dicha bacteria se introduzca en el organismo a través de alguna pequeña lesión de la piel.

Esta patología puede perturbar a cualquier persona, sin embargo, es más frecuente en niños y ancianos. Asimismo, tienen más probabilidades de sufrirla aquellas personas con un sistema inmunitario debilitado.

Tratamiento: La erisipela precisa un tratamiento urgente a base de analgésicos y antibióticos que actúen sobre los estreptococos. El fármaco más utilizado en casos leves y moderados es la penicilina G y es segura en el 80 % de los casos.

Cuando la zona afectada es la pierna, se pide guardar reposo en cama con la pierna elevada durante varios días hasta que desparezcan los síntomas. De esta forma se reduce el edema y el dolor.

Conforme el paciente empiece a caminar debería llevar unas medias elásticas de contención para impedir la recurrencia del edema y reducir el peligro de linfedema.

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