La indecisión es una de sus características
Aunque sea difícil de creer la autoestima falsa también se aparenta. Puede ser un excelente líder y el pilar de muchos cuando todo va mal. Pero por otro lado tienen otra cara. Pueden estar pasando por maltrato familiar, con hijos irrespetuosos e incluso con miedo y ansiedad de enfrentarse a la vida.
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Según la psicoterapeuta Verónica Rodríguez Orellana, la indecisión es otra de sus características. Les cuesta trabajo porque no se sienten seguros, dudan de su capacidad. Sin embargo, frente a las demás personas aparentan ser meticulosos y que se toman las cosas en serio.
La autoestima falsa. ¿Cómo identificarlo?
Estas personas con “falsa autoestima” sienten la necesidad de que los demás los perciban como una persona fuerte. Probablemente en su relación exista violencia, no tengan una vida sexual y en su trabajo no se lleve bien con su jefe. Son personas que no se permiten llorar si sienten tristeza. La razón de eso es que no quieren que su burbuja se quiebre.
Además, su ego es tal que le impiden pedir ayuda cuando la necesitan. No le gusta que otros sepan lo que están viviendo porque se imaginan que todos lo van a criticar.
Esto proviene de la infancia. Una persona con “falsa autoestima” no tuvo la oportunidad de establecer lazos con sus padres. Alguien que tuvo que sufrir ausencia, hostigamiento y maltrato. De pequeño lo privaron, no lo dejaron llorar, brincar, bailar y cuando intento hacerlo se burlaron.
No solo los padres limitan este comportamiento también puede influir el entorno: la escuela, los amigos, la familia. Una persona con “falsa autoestima” no está consciente de sus cualidades y defectos y es porque el miedo ha sido su fiel compañero. Además, de la frase de “que va a decir la gente”.
Para recuperara la autoestima:
- Plantéate metas en la vida y cúmplelas.
- Enfócate en tus cualidades.
- Haz ejercicio, camina o trota en algún parque, te caerá bien.
- Convive con personas que verdaderamente te aman.
- Conserva el orden en tu casa, eso te mantendrá de buen humor.
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