Perder una mascota es tan doloroso como perder un familiar

Perder una mascota es tan doloroso como perder un familiar
Amor incondicional

Perder una mascota es tan doloroso como perder un familiar

Hay personas que nunca han tenido un perro, es por eso que cuando ven a amos de perros llorar la muerte de su mascota, posiblemente piensen que es una exageración. Al fin y al cabo “es un perro”. Pese a eso, los que han amado a un perro tienen la certeza de que su mascota nunca fue sólo un perro.

El fallecimiento de una mascota puede ser una vivencia indudablemente traumática y dejar un enorme vacío; equiparable a la muerte de un familiar o amigo allegado. Hay evidencia científica que sustenta esta aseveración.

Como seres humanos, reflejamos en nuestras mascotas nuestros pensamientos, ideas, emociones, nos percibimos en nuestros animales. Ese dicho común de que los amos se parecen a sus mascotas, no puede ser tomada en vano.

Perder una mascota es tan doloroso como perder un familiar ¿Por que? 

Comenzando, los perros se han habituado a vivir con humanos a lo largo de los últimos 10.000 años y muy bien lo han hecho. Son el único animal que ha evolucionado precisamente para ser nuestra fiel compañía.

Posiblemente uno de los motivos de porque nuestro vinculo con los perros pueden ser de hecho, mas agradables que nuestros vínculos con humanos. Esto se debe a que los peludos nos proveen una retroalimentación provechosa y leal.

Esto no es fortuito, han sido formados a lo largo de generaciones para obedecer a las personas. En un estudio de imágenes a través de resonancia magnética, expone que los cerebros caninos reaccionan a los halagos de sus amos igual que al alimento. De hecho para algunos canes, el halago es un estimulo más apreciado que la comida.

Los perros identifican a las personas y son capaces de deducir los estados emocionales humanos, solo con ver el rostro. Estudios científicos a su vez exponen que los perros pueden entender los deseos humanos. De hecho tratar de ayudar a sus dueños, también a ahuyentar a las personas que tratan inadecuadamente a sus amos.

Perder una mascota es tan doloroso como perder un familiar

Estas y más razones son suficientes para no sorprenderse de que los humanos correspondan tan bien a esa lealtad y afecto incondicional. Por ello el fallecimiento de un perro es tan desgarrador. Puede implicar la perdida de un  amor sin condiciones, un compañero que da seguridad y bienestar. Y seguramente un consentido que ha sido criado como un niño.

Nuestros canes están adheridos a nuestra vida, a nuestro día a día. A partir de eso, su pérdida es tan desoladora, a veces más que la muerte de un amigo o familiar. No existe motivo por el que sentirse apenado por esto, al contrario, eso habla de una gran sensibilidad, un atributo que honra. ¿Tienes una mascota muy amada? Coméntanos.

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