Nuestro cuerpo en ocasiones son regalos de familia

Nuestro cuerpo un regalo de nuestra familia
Nuestro cuerpo un regalo de nuestra familia

Así es la forma y características de nuestro cuerpo en ocasiones son regalos de la familia. Tal vez estés muy orgullos de los ojos claros que heredaste de tu familia materna y de que tu padre no sea calvo. Pero ¿Qué dices de tu cuerpo?

Colócate en frente de un espejo con la menor ropa posible ¿Qué ves? De seguro alguno de tus abuelos estará ahí con algunas décadas menos. Si así es: la imagen que ves reflejada es resultado en gran parte de los genes familiares. No hay de otra, tu predisposición a esas lonjas o a ser esquelético es un legado de tus ancestros. Y contra la genética aún no existen las contraórdenes.

Pero antes de que decidas borrar de tu lista de regalos a tus padres. O, por el contrario, si te consideras con un cuerpazo perfecto que te permite gritar a los cuatro vientos que perteneces al olimpo; haz un pequeño repaso de todo lo que has ingerido en los últimos años y de tu actividad física.

Tras el obligado análisis, comprenderás que sería demasiado inmaduro achacarle toda la culpa a los de tu estirpe. Es más complejo. Y en ello has contribuido bastante. Un juego cruzado entre tus genes y las calorías que durante años has ingerido. El entenderlo así será el primer paso para avanzar en la tarea de mejorar tu cuerpo.

Es increíble como nuestro cuerpo responde a la genética
Es increíble como nuestro cuerpo responde a la genética

Reconocer esos regalos en nuestro cuerpo

Decimos tu cuerpo porque la siguiente tarea que tendrás que realizar para eliminar algunas de las imperfecciones corporales es comprender que al tener el regalo familiar de por vida, tu masa corporal tendrá determinadas tendencias (ya sea acumular grasa o ser delgado) y por ello, si quieres mejorarla, debes realizar ciertos hábitos alimenticios y de actividades físicas.

Los arquetipos actuales de la estética hacen que vivamos un calvario. Buscamos un modelo a seguir afuera de nosotros en personas ajenas y ese es el problema. Solo cuando entendamos que, de acuerdo con nuestras limitaciones, con férrea disciplina y buscando la alimentación y los ejercicios adecuados a nuestro tipo de cuerpo, podremos mejorarlo.

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