Enfermedad de Crohn, afección crónica 

Enfermedad de Crohn, afección crónica 
Enfermedad de Crohn, afección crónica 


La enfermedad de Crohn es una afección crónica inflamatoria del tracto gastrointestinal. Por lo tanto, los síntomas incluyen dolor abdominal con cólico, náuseas, fiebre; pérdida de apetito, pérdida de peso y fatiga, y, a veces, sangrado rectal. Cuando se sufre de esta afección, no se tendrá los mismos síntomas todo el tiempo.

Incluso, a veces no tendrá ningún síntoma. Cuando no tiene ningún síntoma, esto se llama remisión.

Esta enfermedad se llama así en honor al Dr. Burrill B. Crohn. Quien publicó un papel de gran importancia junto con sus colegas Oppenheimer y Ginzburg en 1932 describiendo lo que hoy se conoce como la enfermedad de Crohn. Crohn pertenece a un grupo de afecciones conocidas como enfermedad inflamatoria intestinal (EII).

Por otra parte, puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano. Más comúnmente afecta la parte donde termina el intestino delgado (el íleo) y donde comienza el colon. También puede afectar todo el grosor de la pared intestinal, mientras que la colitis ulcerosa sólo involucra la parte más profunda de la pared intestinal.

Y, finalmente, la inflamación del intestino puede “saltarse”dejando áreas normales entre las áreas afectadas por la enfermedad intestinal.

¿Es frecuente la enfermedad de Crohn?

De tal manera, los investigadores calculan que más de medio millón de personas en los Estados Unidos tienen la enfermedad de Crohn. Los estudios muestran que, con el tiempo, se ha vuelto más frecuente en los Estados Unidos y otras partes del mundo. Los expertos no saben la razón por la que se está volviendo más frecuente.

Por otro lado, se puede presentar en personas de cualquier edad, pero es más probable en personas: de 20 a 29 años de edad, que tienen un familiar. Por lo general padres o hermanos, que tienen una enfermedad inflamatoria del intestino, que fuman cigarrillos.

Alimentación durante un brote de Crohn

Así mismo, cuando hay síntomas se debe modificar la alimentación en función de las molestias que sufre cada persona. La alimentación durante esta etapa debe ser hipercalórica (alta en calorías), hipolipídica (muy baja en grasas); hiperproteica (alta en proteínas), con un bajo contenido en fibra, antiinflamatoria, hidratante y de fácil digestión. De manera general se recomienda:

Evitar el consumo de fibra insoluble procedente cereales integrales y la piel de las frutas. Igualmente, hacer una dieta sin gluten y sin lactosa (sobre todo si hay diarrea).

Consumir alimentos que aporten fibra soluble en pequeñas cantidades: dulce de membrillo, manzana y pera hervidas/asadas, zanahoria hervida.

También, evitar los alimentos ricos en grasas. Consumir máximo 1 cucharada de aceite de oliva al día y de baja acidez. Facilitar la hidratación del cuerpo ingiriendo: agua, caldo vegetal, té y suero oral.

De la misma manera, aumentar el consumo de betacarotenos: calabaza, zanahoria, calabacín, mango. Hacer ingestas de poco volumen y espaciadas en el tiempo para facilitar la digestión. Hacer 6 comidas al día.

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