Lo importante es que sea virgen, y nos referimos al aceite de oliva. Algunos prefieren ignorarlo, ya que no han podido acostumbrar a su paladar a su sabor. Pero el aceite de oliva siempre está presente en todas las cocinas, y puede ayudarte incluso a evitar problemas de salud en el futuro, sobre todo si es virgen.
Siempre escuchamos que el aceite de oliva es muy bueno para la salud. Incluso pueblos más longevos del planeta son grandes consumidores de este producto. Sin embargo, se hace mucho énfasis en lo importante que es que el aceite sea virgen o extra virgen.
Muy obedientes, nos dirigimos al supermercado y compramos aceite de oliva, mientras éste sea de las características requeridas. Ahora es el momento en que fin vas a saber en qué consiste esta virginidad y porqué se le da tanta o más importancia que al otro tipo de pureza.
Lo importante es que sea aceite de oliva virgen, pero ¿cómo sabremos distinguirlo?
El aceite de oliva virgen es el resultado de una sola y sencilla prensa. El extra virgen es el aceite de oliva de mayor calidad. Se caracteriza por un sabor y olor perfectos, una baja acidez (de ácido oleico) de 1 g/100g.
En algunas regiones, el aceite extra virgen es evaluado por todo un panel de expertos en sabor, sensación en la boca y aroma. Este aceite tiende a ser muy delicado en su sabor, y se prefiere en ensaladas o se sirve en la mesa con pan para sopear, o se agrega a sopas y guisados.
Los otros grados de aceite de oliva son el resultado de varios procesos de refinamientos y mezclas:
Semifino u ordinario: ideal para guisar cuando un sabor sutil no es necesario.
Refinado: con una acidez máxima de 5 g/100g, sin el sabor del aceite virgen.
Puro: una mezcla de bajo costo entre refinado y virgen, como el que encontrarás en grandes cantidades en el típico supermercado de descuento.
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