Actividades Mindfulness para optimizar la salud emocional en los niños

Mindfulness para optimizar la salud emocional en los niños
Mindfulness para optimizar la salud emocional en los niños


El Mindfulness, o atención plena, es una de las herramientas más útiles para conseguir el equilibrio emocional y optimizar la concentración y el bienestar de las personas. Su eficacia ha sido probada científicamente. Y cada vez existe más evidencia de que su uso ayuda a regular las emociones, reducir el estrés y la ansiedad; favorece el sueño y la creatividad.

De modo que, esta práctica milenaria permite estar en el momento presente. Es un estilo que impulsa las fortalezas personales y que ayuda a ser más consciente de la experiencia inmediata con una actitud no enjuiciadora, de apertura y aceptación. La atención plena ayuda a autorregular la conducta y propicia el autoconocimiento, además de crear un ambiente idóneo para el bienestar.

Así mismo, requiere práctica y voluntad, por eso es preciso efectuar una serie de actividades para optimizar la habilidad de estar en el aquí y el ahora con una mentalidad no enjuiciadora y compasiva. Existen numerosos ejercicios con este fin. A continuación, puedes encontrar una serie de actividades Mindfulness para niños.

Actividades Mindfulness para niños

Por ello, los niños también pueden iniciarse en la práctica de la atención plena. De esta forma, desarrollan este hábito que les ayudará a conocerse mejor y a relacionarse mejor con el entorno, para que puedan ser más felices en el futuro.

Respiración de la abeja: La respiración de la abeja, es un ejercicio sencillo pero muy efectivo para centrar la atención en la respiración y para liberar la mente de la agitación, la frustración, la ansiedad y deshacerse de la ira. Puesto que su práctica no tiene gran complejidad, es posible realizarla en cualquier lugar e incluso a edades tempranas.

Consiste en taparse los oídos, cerrar los ojos, y cuando exhalamos el aire es necesario pronunciar la letra “m” hasta finalizar la respiración.

Sin duda, es un ejercicio fácil de practicar, aunque es necesario aprender la respiración diafragmática para poder exhalar durante más tiempo. Por otro lado, el ejercicio puede realizarse tantas veces como uno desee, pero se aconseja comenzar con pocas repeticiones e ir incrementándolas de manera progresiva

El arte de tocar: Para efectuar este ejercicio es preciso colocar a los niños en parejas. A uno de ellos se le entrega un objeto (una pluma, un juguete, una piedra, una pelota, etcétera), y se le pide que cierre los ojos. El niño que tiene el objeto se lo describe a su compañero.

Luego de uno o dos minutos se efectúa el mismo proceso, pero esta vez es el otro compañero el que se encarga de describir el objeto. A pesar de la sencillez de esta actividad, es ideal para enseñarles a los más pequeños que pueden aislar sus sentidos; y, si lo desean, pueden focalizar su atención para vivir experiencias distintas.

Atención a la campana: Este ejercicio tiene dos partes. La primera de ellas reside en tocar una campana y solicitar a los niños que escuchen la vibración del sonido de ésta. Los pequeños deben escuchar atentamente y levantar la mano cuando ya no oigan la vibración del sonido. Posteriormente, deben permanecer en silencio durante un minuto y prestar atención a los otros sonidos que se escuchan una vez que el sonido de la campana se ha detenido.

Posteriormente, cuando el sonido finaliza, los niños deben animarse a compartir sus experiencias y decir qué escucharon durante este periodo de tiempo. Esta actividad trabaja la atención y la conciencia plena, y ayuda a conectar con el aquí y el ahora.

Conviértete en una rana: Los niños pueden aprender a practicar Mindfulness si se convierten por unos minutos en una rana. Las ranas son un ejemplo claro de lo que es el Mindfulness. Igual que cuando las personas meditamos, las ranas permanecen inmóviles durante un largo periodo de tiempo.

Raramente se agitan, se mantienen quietas, observando y respirando calmadamente; y su barriga se mueve de forma pronunciada por cada inhalación y exhalación. Al adoptar el rol de este anfibio, los niños aprenden a quedarse quietos, a respirar de manera controlada y a observar lo que sucede a su alrededor sin inmutarse.

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