Si algo ha quedado claro en la última década es el poderoso cambio de mentalidad que han tenido las nuevas generaciones, específicamente a partir de los llamados millennials. Bien podríamos “culpar” de ello a la tecnología y el poder comunicacional que ésta ha generado, pero la realidad es que variaciones de conducta generacionales han existido desde que el mundo es mundo.
En la actualidad, uno de los grandes cuestionamientos que constantemente viven las jóvenes parejas, es la llegada de los hijos. Y es que por años se nos han vendido las ideas retrógradas de que la realización femenina se consigue con la maternidad o que el siguiente paso luego del matrimonio, necesariamente es la concepción. Pensamientos que como tal, sabemos tienen fundamentos religiosos, algo que dejó muy claro el Papa Francisco, en recientes declaraciones dónde tildaba de “egoístas” a quiénes llenaban el lugar de los hijos con perros o gatos.
El hecho es que, si bien es cierto cada día son más las parejas que prefieren tener mascotas que hijos propios; no es una tendencia que responda precisamente a un comportamiento egoísta o tal vez sí, pero en cualquier caso viene a ser la representación más grande del libre albedrío que tanto tiempo le ha costado obtener a las generaciones actuales, principalmente a las mujeres.
Por otro lado, también hay que considerar que más que una declaración de individualismo, existen otro tipo de razones por las que parejas retrasan o simplemente se rehúsan a ser padres y llenan este espacio con la tenencia de un animal de compañía. De hecho, de acuerdo con el personal veterinario de housepet.es, muchos de sus clientes ni siquiera reconocen esta diferencia, pues para ellos sus mascotas son como hijos.
¿Por qué en la actualidad las parejas prefieren tener mascotas que hijos?
Son diversas los estudios psicológicos que afirman que muchas de las razones por las que parejas jóvenes o incluso personas solteras prefieren tener una mascota en lugar de un hijo propio, están directamente relacionadas con variables tanto psicológicas como socioeconómicas. A continuación intentaremos explicarte algunas de las más comunes:
1. Los intereses personales de las generaciones actuales
La familia es el pilar fundamental de la sociedad. O por lo menos eso es lo que se nos ha dicho siempre, capaz para justificar la idea de tener familias numerosas, sin importar los niveles socioeconómicos de la misma. Quizás esto era algo que no podrían haber discutido nuestras madres o abuelas, pero hoy en día, los intereses de la juventud van mucho más allá de “poblar el mundo” de nuevos ciudadanos, especialmente cuando los que ya existen no hacen mucho por conservar la humanidad.
Puede parecer quizás muy hedonista, pero lo común es que las parejas jóvenes bien estructuradas se establezcan planes de vida en dónde la preparación profesional, la adquisición de bienes y el logro de diversos objetivos personales, superen por mucho el deseo de ser padres. De allí, a que la maternidad y la paternidad planeada se esté viendo retrasada, siendo mucho más habitual a partir de los 30 o 35 años. Lo que no quiere decir que durante este proceso no puedan aprovechar los beneficios de tener una mascota en casa y por qué no, tratarlos como hijos.
2. Estabilidad emocional y económica adecuada
Otra de las razones por las que parejas prefieren tener mascotas que hijos, van ligadas a su estabilidad emocional y económica. Para entendernos mejor, no es para nadie un secreto que en la última década la economía de muchos países, incluyendo España, no ha sido especialmente amable con las nuevas generaciones. Por ello, es sumamente común ver treintañeros viviendo aún en casa de sus padres o parejas que sólo pueden pagar un alquiler ante la imposibilidad de adquirir un piso propio.
Si bien esto no tendría por que ser una limitante para tener hijos, la frustración de no poder lograr ciertos objetivos propuestos ni a corto ni a mediano plazo, sí que puede generar un sentimiento de incapacidad para afrontar la paternidad. Nuevamente, nos encontramos con factores que no afectan la tenencia de una mascota, pues incluso éstas ayudan a sobrellevar de la mejor manera tal realidad.
3. No hay deseo de tener hijos
Ésta es quizás una de las afirmaciones que más controversia suele causar, especialmente entre grupos de mujeres dónde generalmente suelen ser duramente juzgadas. Frecuentemente da paso a preguntas como, ¿Pero van a ser ustedes dos solos toda la vida?, ¿Qué va a pasar si cuando envejezcas cambias de opinión?, ¿Si te deja por otra persona que sí quiera ser madre o padre? y así un largo etcétera.
Hay que tener muy claro que, así como hay seres humanos que no imaginan otro mejor propósito en la vida que tener descendencia, también hay quiénes no desarrollan este deseo, no les interesa y eso también está bien. Hay que eliminar por completo el pensamiento de que estas personas recurren a una mascota para “llenar un vacío”, pues generalmente lo hacen porque pueden y quieren, por compañía, entretenimiento o porque simplemente les gustan los animales.
4. El auge del feminismo
Una tendencia que ha ganado más y más afectas en los últimos años. Y no hablamos de feminazis o de un estilo de vida llevado al extremo, nos referimos simplemente a la emancipación femenina, a la eliminación de conceptos preconcebidos que relacionan a este género directamente con la maternidad y con la formación de una “familia convencional”.
Hoy en día las mujeres son más independientes, desarrollan aspiraciones profesionales incluso con mayor determinación que el hombre, tanto así que por esa personalidad intimidante, en muchos casos les cuesta encontrar pareja, algo en algunos casos ni les preocupa.
5. Problemas de fertilidad e incapacidad para concebir
Aunque no es precisamente una razón por las que las parejas prefieren tener mascotas en lugar de sus propios hijos, sí que es una medida adoptada como respuesta a la incapacidad de concebir. En una gran mayoría de casos, en esos se vierten todo esos sentimientos maternales o paternales frustrados y es común ver perros o gatos “humanizados”.
Muchos podrían pensar que existen otros métodos para convertirse en padres, nadie sabe lo que experimenta una pareja durante el proceso de la búsqueda de hijos, por lo que tampoco está en la posición de opinar sobre la forma en como se afronta su realidad.
Lo cierto es que la tenencia de un perro, un gato o cualquier otro animal de compañía en lugar de hijos propios es una decisión personal, la cuál no debería ser una tema de debate social. Cada ser humano es libre de determinar la manera en como desea vivir su vida o llevar su relación de pareja y sí éstas prefieren tener mascotas en lugar de hijos hijos no tendrían porqué justificarse o ser juzgados por ello, ni mucho menos ser tildados de “egoístas”. Si algo hay que agradecer o no, es que el mundo está actualmente tan sobrepoblado, que aun cuando la mitad de la humanidad se inclinara por esta tendencia, igual estaría asegurada la supervivencia de la especie. Claro, eso si el cambio climático o el nuevo orden mundial no acaba con ella antes.
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